Funcionarios de La Habana anunciaron que a finales de agosto se realizará el Carnaval de la capital que marca el cierre de la etapa de verano, después de dos años suspendido por la irrupción de la pandemia del coronavirus en marzo de 2020.  

Las “celebraciones” está previstas para los días 19, 20 y 21 de agosto y para el 26, 27 y 28 de ese mes, y rendirán homenaje al Conjunto Folclórico Nacional en su aniversario 60 y a la cantante Merceditas Valdés, quien acompañó anualmente estos eventos, en el centenario de su natalicio.

La coordinadora de Objetivos y Programas del Gobierno de La Habana, Tatiana Viera Hernández, dijo que se retomará el bautizo de las farolas, ceremonia que fue omitida en los últimos tiempos del carnaval.

En esta ocasión, la realizarán los presidentes de las Asambleas municipales hacia las siete comparsas tradicionales de La Habana que son Los Dandys de Belén, El Alacrán, La Jardinera, Los Marqueses de Atarés, Los Componedores de Batea, Las Bolleras y Villa San Cristóbal, detalla la prensa oficialista.

Como de costumbre, el Malecón constituirá el escenario principal y el Estado instalará tarimas para los desfiles de las agrupaciones danzarías y musicales típicas en las inmediaciones de las calles Marina, 25, 23 y 19. Sobre las ofertas gastronómicas, en medio de la actual crisis de alimentos, no se ofrece ningún detalle.

Reconocidas orquestas de la música popular bailable cubana tocarán en la Piragua, la Avenida de los Presidentes (calle G), la Avenida Paseo y los jardines del 1830, precisó la funcionaria. El carnaval infantil cerrará las celebraciones y todas las actividades de la etapa estival el 30 de agosto.

Las festividades llegan en un momento crítico para Cuba, con una extenuante escasez de alimentos, medicinas, artículos y bienes materiales de primera necesidad, además de un año nuevamente marcado por la tragedia, como la de la explosión del Hotel Saratoga en mayo, por la cual murieron 46 personas en La Habana y hubo casi un centenar de heridos: algunos de ellos se mantienen hospitalizados hasta hoy.

En este contexto, han aumentado los apagones, los problemas de vivienda y otras dificultades a enfrentar cotidianamente. Muchos cubanos que viajan a la isla, describen que la capital luce abatida, con las calles desoladas en las noches, sin rastro alguno de felicidad o ánimos de festejar. Apenas se escucha música, mientras el número de migrantes por todas las vías sigue incrementándose.

Pese a las amenazas de multas y represión, los habaneros siguen mostrando en redes sociales las situaciones que los afectan en su día a día. La víspera, el actor Mario Guerra mostró en sus redes sociales un salidero en una calle del municipio Cerro, en La Habana, que, según comentó, llevaba más de dos años sin que las autoridades lo resolvieran.

En respuesta, el periodista independiente Boris González Arenas compartió la foto de un hueco en la calle 21 y E, en el Vedado. “Hace años está así, un peligro tremendo para todos”, denunció. En marzo, un joven murió en La Habana al caer en su moto dentro de un gigantesco bache ubicado frente al parque Sevillano, en la calle Úrsula, entre Jorge y D'Strampes.

También este jueves un cubano mostró en redes sociales las peligrosas condiciones de la oficina comercial de ETECSA en la calle Juan Delgado, del municipio habanero de Diez de Octubre, donde el suelo del portal está revestido por azulejos lisos y el techo roto, a través del cual penetra la lluvia. “¿Si un adulto mayor se resbala y se fractura la cadera quién es el responsable por esto?”, preguntaba. 

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