La llegada del actor cubano Alejandro Cuervo a Estados Unidos, procedente de España, ha desatado una fuerte polémica entre los miembros del exilio cubano, especialmente en Miami. Lejos de pasar inadvertido, Cuervo ha sido objeto de una intensa ola de críticas por no adoptar una postura enérgica contra el régimen comunista cubano, una omisión que muchos consideran inadmisible en el contexto actual de la Isla.

Las redes sociales son el escenario principal de este debate encendido, donde los usuarios han cuestionado duramente la aparente indiferencia del actor hacia la situación política de su país.

“Un comunista más en la ciudad del exilio” y “No entiendo cómo este gobierno deja entrar estos trastes y deportan a quien lo necesita”, son algunas de las frases que más se repiten en los comentarios a las publicaciones de Cuervo.

El actor ha optado por el silencio. Sus recientes imágenes en Instagram, donde se le ve disfrutando de lujos y vistas espectaculares desde el exclusivo Brickell City Centre, han sido interpretadas por muchos como una muestra de desconexión total con la crisis que atraviesan miles de cubanos dentro y fuera de Cuba.

“Comunistas huyendo del comunismo”, escribió otro internauta con ironía, en alusión al fenómeno creciente de figuras públicas cubanas que evitan condenar abiertamente al castrismo, pero buscan refugio en Estados Unidos. A diferencia de otros actores o artistas del exilio que han expresado con claridad su rechazo al régimen, Cuervo ha preferido mantener un perfil neutral, lo cual le ha granjeado aún más detractores entre quienes consideran que el silencio, en estos casos, equivale a complicidad.

A pesar de la controversia, el actor no ha emitido ningún tipo de declaración pública. La falta de pronunciamiento no ha hecho más que avivar el malestar entre quienes lo acusan de oportunismo y lo consideran parte de una oleada de emigrantes privilegiados que llegan a Estados Unidos sin haber vivido las consecuencias directas de la represión política.

“Venir a Estados Unidos es realmente un sueño”, escribió Cuervo en una de sus publicaciones. Para muchos, ese sueño parece estar empañado por una realidad política que él prefiere ignorar, y que sin embargo no deja de perseguirlo, especialmente en Miami, una ciudad donde el exilio cubano exige compromiso y claridad.

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