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Promesas rotas y abandono oficial: ¡la peor de las mentiras!

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 7 de julio de 2025

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Felipa Hortensia Arencibia, madre del niño Raciel José Menejia, ha denunciado públicamente el incumplimiento de las promesas realizadas por Vladimir Verdecia, presidente del gobierno municipal de Boyeros, en La Habana.

Según relata, el funcionario le aseguró que recibiría apoyo alimentario para su hijo, quien padece microcefalia y múltiples complicaciones médicas asociadas. Dos meses después, la ayuda prometida nunca llegó.

Raciel, de tan solo siete años, ha sido operado de gastrectomía, una intervención que demanda cuidados alimentarios específicos para su recuperación y supervivencia. Sin embargo, su madre afirma que ha tenido que enfrentar esta situación prácticamente sola, con recursos escasos y sin el respaldo estatal que le prometieron.

“El presidente del gobierno me engañó. Dijo que me iba a ayudar con la alimentación del niño, pero todo fue mentira”, declaró a La Hora de Cuba.

El menor vive postrado, sin poder ver ni comunicarse, debido a un daño neurológico profundo que lo mantiene totalmente dependiente. Su estado de salud se ha agravado por la falta de una dieta especializada: necesita proteínas, productos lácteos, cereales nutricionales y líquidos con alto contenido calórico.

“Tiene una desnutrición severa. Tiene reflujo gastroesofágico. Necesito que alguien me ayude a darle una mejor calidad de vida. Aquí se me va a morir de desnutrición”, implora Felipa.

El pasado 17 de junio, desesperada, Felipa acudió con su hijo en brazos a la sede de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Boyeros, acompañada por otras madres en situación similar. Su presencia fue una forma pacífica de exigir explicaciones y soluciones, ante un gobierno local que, asegura, no cumple con sus compromisos. “Ellos no van a resolver nada. Son corruptos, vividores de sus cargos. Pero si algo le pasa a mi hijo, tendrán que asumir la responsabilidad”, declaró.

"He sido engañada por quienes debían ayudarme. No quiero caridad, quiero que se cumpla lo que prometieron por la salud de mi hijo", repite Felipa con determinación. Su historia es una más entre tantas familias cubanas que enfrentan la enfermedad, la pobreza y la inacción institucional como una carga diaria.

Su denuncia, más que un reclamo individual, refleja la fragilidad del sistema de atención a personas con discapacidades severas en Cuba y el peso de las promesas incumplidas en medio de un contexto de profunda vulnerabilidad.


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