"No voy a esperar que las cosas cambien... yo ya cambié", se podía leer en el pullover de Isidoro (El hijo de consuelo), el sobrino de Ruperto.

Pero ese no fue el único mensaje que dejó el programa: Vivir del Cuento en su capítulo de ayer.

Enseguida se hizo tendencia entre los cubanos, el capítulo de los Titiriteros, donde otra realidad de la isla quedó en el tapete. Mientras otra vez los actores y creadores del programa caminaron por la cuerda floja nuevamente, al borde de la censura.

Los comentarios de los cubanos no se hicieron esperar:

“¡Ese es el cubano:- humor fino, afilado como daga, qué penetra hasta a la más férrea dictadura estalinista!!! Me recuerda a Álvarez Guedes en los primeros años de la involución castro-fascista-estalinista, una obra que fue famosa, en no recuerdo que teatro, también famoso en La Habana. En el escenario, Álvarez Guedes, seleccionando cuadros, a ver cuál colgaban en la pared:-... Éste no... Éste no... Este no...iba diciendo... ¡hasta que llega a uno del asesino en jefe, kk-castro-castrado y, levantándose con tremendo brío, dice Álvarez Guedes:- ¡Este sí hay que colgarlo...!”

“Yo si lo vi... Verdad que no me di cuenta de eso.... Pero con todo lo que se va formando..... Lo mas posible que lo censuren esta gente...... Viva Pánfilo y su programa, viva la libertad de expresión”.

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