La novela de la semana en Cuba no fue un apagón más ni la falta de pan, sino el berrinche en redes de Miguel Díaz-Canel porque lo dejaron fuera de la X Cumbre de las Américas en Punta Cana.

El presidente “puesto a dedo” salió indignado a decir que “rechazaba la decisión” de República Dominicana de no invitar a Cuba, Venezuela y Nicaragua. Pero mientras él lloraba por Facebook y X, el pueblo hizo lo que mejor sabe: burlarse de él… y de la Machi.

Porque claro, lo que más le dolió a los cubanos no fue el discurso vacío del mandatario, sino imaginar a Lis Cuesta con la maleta llena de modelitos caros, lista para desfilar en los malls de La Romana, y de pronto recibir la noticia de que “no hay viaje, mija, desembala todo y quédate con los apagones”.

Las redes sociales ardieron con comentarios que se hicieron virales en horas. Andy Vázquez, con su humor característico, soltó: “Se le chivó a la Machi la compra en los mall de La Romana”. Otros no se quedaron atrás: “A llorar se les cayó el viajecito”, “Desempaquen tú y la Machi”, “¿Y el all inclusive? No te vistas que no vas”. Todo con el mismo tono: una mezcla de burla y rabia contra la cúpula que vive en lujos mientras el pueblo sobrevive a base de inventos.

La ironía es que mientras Díaz-Canel exige democracia y “respeto” en escenarios internacionales, dentro de Cuba sigue reprimiendo, encarcelando y censurando.

Por eso, muchos celebraron la decisión dominicana como un triunfo simbólico: “Con dictadores no se dialoga”, escribió un usuario, mientras otro remató: “Mejor que se queden en Cuba… sufriendo lo mismo que su gente” aunque otro acotó: "Claro, pero ellos no los sufren porque tienen plantas y paneles solares para ellos"

Lis Cuesta volvió a ser protagonista de la comedia política. Desde sus relojes de lujo hasta sus vestidos de diseñador, cada aparición suya es gasolina para la indignación. Para muchos, ella no es la primera dama: es la “primera compradora”. Y ahora que se quedó sin shopping internacional, el pueblo se lo recordó con gusto.

La exclusión de Cuba fue justificada por no ser miembro activo de la OEA, pero para el cubano de a pie, la verdadera explicación es más simple: “Se les acabó el relajo. Ni viaje, ni fotos, ni compras. Esta vez, Punta Cana dijo: con dictadores, no”.

Díaz-Canel perdió el foro, la Machi perdió el mall… y el pueblo ganó un motivo más para reírse en medio del desastre cotidiano.

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