Las denuncias sobre multas injustas en Cuba se vuelven recurrentes. El régimen en su afán de fortalecer el deteriorado prestigio del sector público se lanza a una cacería de brujas contra los emprendedores. Esta vez aplicaron el peso de la injusticia al salón de belleza “Más bella” de la ciudad de Camagüey.

Un supuesto equipo multidisciplinario del “Historiador de la Ciudad” ordenó imponer una multa de 4000 mil CUP al centro “por no tener el listado de precios en el salón”, explicó Yury Yanes, dueña del local. 

Es inconcebible que se penalice “cuando nosotros somos oferta y demanda pero a parte el gobierno hizo un listado de precio para nosotros guiarnos, cuyo listado todavía oficialmente no se ha notificado” puntualizó Yanes. 

Los inspectores campean por su respeto, abusan de sus poderes para sobrecumplir las cuotas de multa que establece el gobierno. EL régimen trata de quedar como salvador frente al pueblo mientras sataniza al sector privado. 

Este desprecio es evidente, Yury dice al respecto: “no veo justo que se acribillen a los particulares como si fuéramos parásitos en este país, cuando nosotros pagamos patente, seguridad social, declaración juradas y también le damos trabajo a otras”.

Las acciones punitivas del régimen contra la empresa privada solo genera desinterés y cierre de los emprendimientos. El sector privado se reduce por los embates de la pandemia y la persecución de las autoridades. Con esta línea de trabajo solo quedará espacio en el sector público, que apenas puede generar empleos. 

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