Un drama familiar mantiene en vilo a una familia cubana en Orlando. Deivy Alemán Oropesa, quien llegó a Estados Unidos hace siete años de manera irregular, debe abandonar el país de manera voluntaria antes del 14 de septiembre o arriesgarse a ser detenido por las autoridades de inmigración y deportado a un tercer país, posiblemente México o incluso alguna nación de África. La difícil situación ocurre mientras su hija de apenas 2 años enfrenta una delicada condición de salud que podría requerir un trasplante de corazón.

Según informó Univisión Miami, el cubano tiene una orden de deportación vigente. Aunque su esposa, Yisell Sarduí, es ciudadana estadounidense, los esfuerzos legales para frenar la medida no han prosperado. La pareja ha suplicado a las autoridades que consideren la frágil situación médica de la niña, quien ya fue sometida a una cirugía a corazón abierto y depende del cuidado constante de ambos padres.

“Todos los días recibe a su papá con un abrazo y pensar que el lunes ya no lo tendrá es devastador”, expresó Sarduí entre lágrimas. La madre explicó que tuvo que dejar su empleo para dedicarse a la atención de la menor, quien nació con problemas en la válvula tricúspide y necesitará un trasplante.

Alemán Oropesa explicó que tomó la decisión de salir voluntariamente porque teme volver a pasar por una detención prolongada en un centro de ICE, como ya le ocurrió tras su llegada al país. “No me queda opción. Si no me voy nunca voy a tener un estatus aquí, y así no se puede vivir”, dijo conmovido.

El abogado de inmigración José Guerrero, entrevistado por Univisión Miami, señaló que en casos como este la salida voluntaria puede ser la única alternativa para evitar una deportación inmediata hacia un país de destino incierto. “Este inmigrante está tratando de evitar una detención indefinida y una deportación a un tercer país”, explicó.

La esposa de Alemán Oropesa asegura sentirse desamparada. “He pedido ayuda a senadores y congresistas, porque este no es un caso inventado, es un caso de vida o muerte. No siento que nadie me representa”, denunció Sarduí.

La familia teme quedar en una situación crítica sin el padre en casa. “Prácticamente me veo viviendo en la calle, porque ¿de qué manera cuido a la niña y pago la renta y los ‘billes’?”, se lamentó la madre.

(Con información de Univisión Miami)

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