Otras 16 mujeres denuncian al trovador cubano Fernando Bécquer por acoso sexual

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 21 de marzo de 2022

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Las acusaciones contra el trovador oficialista cubano Fernando Bécquer por formas de abuso sexual siguen aumentando, luego de que otras 16 mujeres denunciaran hechos presuntamente perpetrados por el artista.

La revista independiente El Estornudo, donde se publicaron en diciembre pasado los primeros testimonios acusando a Bécquer, señaló que unas 30 mujeres contactaron a los autores de la investigación para “denunciar o notificar haber sido víctimas de situaciones semejantes con el mismo individuo”.

El medio publicó de manera íntegra las 16 declaraciones de mujeres que aseguraron haber sido agredidas sexualmente por Fernando Bécquer entre los años 1999 y 2021. Tres de ellas dijeron que eran menores de edad al momento de los hechos.

A raíz de las primeras denuncias, la Fiscalía General de la República publicó un extenso artículo el día 9 de diciembre defendiendo el “accionar de la Revolución ante la violencia contra las mujeres”, aunque sin aludir en específico a las acusaciones contra el trovador. Otros cantautores como Ray Fernández y Raúl Torres defendieron a Bécquer.

El trovador no contestó a las solicitudes de entrevista del citado medio, pero ofreció sus primeras declaraciones tras el escándalo a Diario de Cuba, cuando finalizaba un concierto en el Centro Cultural ArteHabana en diciembre.

“No le doy credibilidad. No sé de qué me están hablando. No sé, y más cuando es una calumnia que me están haciendo a mí. Yo no voy a contestar (…) Yo no creo nada, yo creo en la Revolución”, dijo en un aparente intento de escudarse.

Cubadebate informó semanas después que había una investigación judicial en curso contra el músico, aunque no dieron más detalles por esas fechas. Entre las víctimas que ofrecieron sus testimonios a la revista, se cuentan dos de 17 años, una de 16 y otra de 15.

Esta última, cuyo nombre fue cambiado al preferir no revelar su identidad, contó que los sucesos ocurrieron en 2008. “Yo estaba en primer año de Instructores de Arte. Andaba con una amiga de mi aula, de mi misma edad. Nosotras salíamos solo los fines de semana, porque estábamos becadas. Íbamos al Café y al Parque de G, a La Casona”, dijo sobre los lugares en La Habana que visitaba, frecuentados habitualmente por el trovador como confirman denuncias anteriores.

“Un día estaba con mi amiga en el Parque de G y le dijo a ella que tenía un muerto oscuro y a mí me dijo lo contrario, que podía ir caminando por la calle y si venía un violador él iba a doblar la esquina y no se iba a encontrar conmigo, porque yo tenía mucha luz”, detalló.

Béquer les propuso hacerles una “consulta”, un conocido ritual de la religión yoruba. “Recuerdo que fuimos a su casa, era una calle oscura. Me llamó la atención que no tenía casi cosas en la sala. No vi santo ninguno ahí. Ni una virgen, ni vasijas”, describió.

El trovador les dijo que las consultaría por separado. “(…) Entonces se llevó a mi amiga primero, estuvo con ella un rato, luego regresó con una cara medio rara, y sin darnos tiempo a conversar entre nosotras me llamó a mí”, evocó.

Presuntamente, le pidió que se acostara en la cama, luego que le pasara la mano por la barriga y empezara a descender. “Él sí me pidió que le tocara los genitales. En algún momento se cansó de que yo estuviera tan incómoda y nerviosa y salimos”, dijo. “Teníamos 15 años, que es una etapa de vulnerabilidad, de adolescencia, de estar becadas”, expuso.

Laura Verdecia dijo que fue víctima del trovador con 16 años, cuando estudiaba en el preuniversitario vocacional “Vladimir Ilich Lenin”. Ella solía ir los fines de semana para el Café de la calle G en el Vedado, relativamente cerca de la vivienda donde el trovador cometía sus fechorías.

Nuevamente, Bécquer habría usado el pretexto de la religión para atraer a la adolescente. “Ahora, que sé más de la religión yoruba, sé que lo que él hizo no tiene nada que ver con lo que hace un babalawo, eran literalmente tres caracoles recogidos de Guanabo que tiraba en el piso para hacer un paripé”, asegura.

“Me llevó a su cuarto, me pidió que me acostara en la cama, que cerrara los ojos, y en un momento que los abrí lo vi con su miembro afuera y me dijo que para limpiarme yo le tenía que hacer sexo oral. «Tócalo, tócalo», me decía”, refiere Verdecia, que además comentó que, en el momento de la experiencia, no había tenido ninguna relación sexual y que se levantó y se fue de la casa.

En febrero, algunas cubanas denunciaron que habían recibido supuestos mensajes desde la cuenta del trovador en Facebook. La periodista Marta María Ramírez, especializada en temas de género, pidió compartir los mensajes del artista, exigiendo “protección a las denunciantes y a sus redes de apoyo también en redes sociales”.

La comunicadora recordó que el músico supuestamente tenía impuesta una medida cautelar por las múltiples denuncias, sin embargo, esta parecía “tan flexible” que le permitía “seguir frecuentando sitios sociales donde antes encontraba a sus víctimas y es capaz de llamarlas en la calle, si se las encuentra”.


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