El activista Maikel Herrera Bones aprovecha sus perfiles sociales para denunciar la difícil situación de salud que presenta, pidiendo visibilidad de su caso. Herrera manifestó hacerlo con las fuerzas que le restaban. En una publicación en Facebook, Bones explicó que lleva cinco días en espera de una cama para poder ser trasladado desde el Hospital Universitario Clínico Quirúrgico "Manuel Fajardo" al Instituto de Medicina Tropical "Pedro Kourí", mejor conocido como IPK, en La Habana.

“Hoy es el cuarto día de espera y agonía, a ver si me permiten tratarme en el IPK”, escribió el expreso político y también miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) y promotor de Cuba Decide. Recordó que es enfermo de VIH desde el año 2012 y que actualmente tiene los CD4 (se refiere a los linfocitos T CD4, un tipo de glóbulo blanco que ayuda a combatir infecciones) en solo 6 %, por lo que de estar tan bajo está expuesto a contraer cualquier enfermedad.

Asimismo, agregó que existen sospechas de que tenga tuberculosis y dengue, puesto que lleva más de dos meses con fiebre y ha perdido 22 libras de peso.

“Me tienen aquí en el Fajardo, poniéndome agua en vena, en espera de una "supuesta" cama en el IPK para un nuevo tratamiento”, denunció.

Herrera Bones es un frontal opositor contra la dictadura cubana. En 2019 caminó por toda la calle 23 en protesta contra los abusos de la Policía.

El opositor se paró frente al emblemático hotel Habana Libre con un cartel escrito sobre una caja de cartón que decía: "Policía corrupto y proxeneta. Abajo la corrupción".

El 15 de abril de 2020 fue detenido en horas de la noche cuando protestaba por un apagón en su comunidad. Poco después, cerca de la medianoche, fue liberado. Al día siguiente, oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) lo condujeron en una patrulla hacia la Oncena Unidad Policial, ubicada en el municipio San Miguel del Padrón.Fue puesto en libertad en noviembre de 2020, excarcelado de la prisión de Güines para pacientes con VIH.

Herrera Bones no solo denuncia su situación personal, sino que también expone las deficiencias del sistema de salud cubano, especialmente en el manejo de pacientes con enfermedades crónicas como el VIH. Su caso pone de relieve la falta de recursos y la demora en recibir atención médica adecuada en el país.

El caso de Maikel Herrera Bones ha resonado en las redes sociales, donde ha recibido apoyo de otros activistas y simpatizantes. Su lucha por visibilidad y mejores condiciones de tratamiento continúa, reflejando las dificultades enfrentadas por muchos en Cuba que padecen enfermedades graves y dependen de un sistema de salud en crisis.

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