Vecinos de Arzobispo 212, en la intersección de Calzada del Cerro y Zanja Real, viven un verdadero calvario desde hace cinco meses, sin recibir ayuda alguna de las autoridades. Las calles y pasillos se han convertido en trampas mortales cada vez que llueve, y los niños son los más vulnerables. Algunos vecinos recuerdan con dolor cómo hace unos meses un niño falleció cuando un muro se derrumbó durante una fuerte inundación. Hoy, la amenaza persiste, y el miedo se ha instalado en cada hogar.

Las familias denuncian que los desagües están completamente obstruidos y que no existe ningún plan de mantenimiento ni atención por parte de los servicios públicos. La basura se acumula, el agua se estanca, y la proliferación de virus y mosquitos convierte cada hogar en un foco de enfermedades. Los padres sienten impotencia al ver que la vida de sus hijos está constantemente en peligro, mientras las instituciones que deberían protegerlos permanecen ausentes.

Este abandono no es un caso aislado. En toda Cuba, comunidades enteras enfrentan situaciones similares: edificios que se caen a pedazos, niños jugando entre escombros, falta de alimentos y medicinas, cortes eléctricos prolongados y vecinos que viven literalmente sobre charcos de aguas negras. La dignidad del pueblo se ha perdido, y muchos son tratados como si no fueran seres humanos. Cada denuncia que se hace termina en la nada, y las familias quedan a merced del desamparo y la desidia.

Es urgente que se visibilice la situación de Arzobispo 212 y que se tomen medidas inmediatas. No se puede seguir esperando otra tragedia. Los vecinos piden soluciones concretas: desagües limpios, mantenimiento de muros, atención sanitaria para los niños y adultos, y un sistema que priorice la seguridad de quienes habitan estas zonas.

El llamado es a la solidaridad y a la denuncia pública: que todos conozcan que existen cubanos que viven en condiciones inhumanas dentro de la propia capital, que sienten miedo cada vez que llueve y que ya han pagado un precio muy alto con vidas perdidas. Este abandono debe terminar. Los niños, las familias y la comunidad merecen vivir con seguridad y dignidad.

Y valdría la pena preguntarse ¿quién no se enferma así?

Del perfil de Díaz Canel Sin Gao

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