Un niño de ocho años fue trasladado de urgencia en helicóptero al Hospital Jackson Memorial de Miami tras sufrir la mordedura de un tiburón en aguas cercanas a Key Largo, en los Cayos de Florida.

El incidente ocurrió la tarde del lunes, alrededor de las 3:34 p.m., cuando el menor practicaba snorkel cerca de la costa, según informó la Oficina del Sheriff del condado de Monroe en un comunicado publicado en sus redes sociales.

Las autoridades señalaron que el niño recibió atención inmediata en el lugar antes de ser evacuado por vía aérea hacia el centro hospitalario. Hasta el momento no se han ofrecido detalles sobre la magnitud de las lesiones ni sobre su estado actual.

Tras el ataque, tanto la Guardia Costera de Estados Unidos como la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida fueron notificadas del hecho. Ambas agencias mantienen protocolos especiales para incidentes con tiburones, en especial durante la temporada de verano, cuando aumenta la actividad turística y el número de personas en el agua.

Si bien este tipo de ataques en la zona son poco frecuentes, las autoridades recordaron la importancia de mantener precauciones básicas, como nadar en áreas vigiladas, evitar aguas turbias y no ingresar al mar con heridas abiertas.

Florida es uno de los estados con mayor número de encuentros entre tiburones y humanos, aunque la gran mayoría de estos incidentes no resultan fatales. Expertos en vida marina explican que, en muchos casos, los tiburones muerden por confusión al confundir a los nadadores con presas habituales.

Key Largo, en particular, es una de las áreas más visitadas por amantes del buceo y el snorkel debido a sus aguas cristalinas y abundante vida marina. Sin embargo, el ecosistema también es hogar de diversas especies de tiburones, lo que incrementa el riesgo de interacciones accidentales.

El ataque al niño de 8 años ha generado preocupación en la comunidad local y entre los visitantes. Hasta que se brinde un parte oficial sobre su recuperación, se espera que las autoridades refuercen las recomendaciones de seguridad en la zona.

A pesar del impacto mediático que suelen generar estos sucesos, el riesgo de sufrir un ataque de tiburón es extremadamente bajo en comparación con otras actividades recreativas. No obstante, cada incidente obliga a revisar medidas de prevención y protocolos de respuesta.

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