Una partidaria de Donald Trump en Florida dejó en herencia al expresidente un condominio en una comunidad para mayores de 55 años. Barbara J. Fischer, quien no tenía hijos ni esposo, compró la unidad en Boundbrook Condominium No. 2, West Palm Beach, en 1994 por 36,000 dólares. Tras su muerte en agosto de 2022, Fischer legó el condominio a Trump, quien aceptó la propiedad en 2023 y la reportó en su declaración financiera.

El testamento, presentado en el Tribunal de Circuito del Condado de Palm Beach, también incluyó legados a un amigo cercano, un trabajador de Publix y la Liga de Rescate de Animales Peggy Adams. Inicialmente, Fischer sugirió que Trump usara las ganancias de la venta del condominio para financiar el muro entre Estados Unidos y México, pero eliminó esta cláusula en 2021.

Trump transfirió la propiedad a DT Tower I LLC, una empresa que forma parte de The Donald J. Trump Revocable Trust. El condominio, valorado entre 100,000 y 250,000 dólares, aún no ha sido destinado a ningún uso específico. Sin embargo, las normas de la asociación de condominios requieren que el propietario mantenga la unidad por al menos dos años antes de alquilarla, lo que podría limitar las opciones de Trump.

A pesar de la herencia, no parece que Trump tenga planes de mudarse a la comunidad de Boundbrook, especialmente cuando Mar-a-Lago sigue siendo su residencia principal. La recepción del condominio ha generado curiosidad sobre los motivos de Fischer y cómo esta herencia encaja en la imagen pública de Trump, quien es conocido por su inclinación por propiedades mucho más lujosas y exclusivas.

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