Desde la entrada en vigor del nuevo Código de las Familias en Cuba, llevado a referéndum popular en septiembre del año pasado, más de 500 parejas del mismo sexo han contraído matrimonio, según declaraciones del ministro de Justicia de Cuba, Oscar Silvera Martínez, citadas por el diario oficialista Granma.

El órgano oficial del Partido Comunista de Cuba informó que en el periodo del 27 de septiembre de 2022 al 9 de marzo de 2023, se han inscrito en los registros de personas naturales 513 matrimonios y 20 uniones de hecho de personas del mismo sexo.

"En el periodo del 27 de septiembre de 2022 (dos días después de su aprobación en referendo popular) al 9 de marzo de 2023, en los registros de personas naturales se han inscrito 513 matrimonios y 20 uniones de hecho de personas del mismo sexo, y seis niños con el primer apellido de la madre. En cuanto a la actividad notarial, fueron registrados 88 pactos matrimoniales y nueve de convivencia; se revocaron 25 donaciones, y se suscribieron tres contratos de alimentos", recoge el reporte.

Durante la apertura del XV Encuentro Internacional de Ciencias Penales 2023 y el III Evento Legalidad, Derecho y Sociedad, el titular de Justicia de Cuba destacó el Código de las Familias como "una obra jurídica sin igual en el mundo, con un elevado contenido humano, protector de los derechos y garantías para todos".

El Código de las Familias generó una avalancha de críticas por someter a la votación de la mayoría los derechos de las personas LGBTIQ. En el plebiscito celebrado en septiembre de 2022, se registró el 25,88% de abstención, una cifra histórica desde la instauración del régimen cubano.

La ley fue refrendada por menos del 70% de los cubanos. El Código también recibió críticas por el cambio del concepto de "patria potestad" al de "responsabilidad parental"; por el traslado de las responsabilidades del Estado con las personas vulnerables a los ciudadanos y las familias; y por no mencionar los derechos de las personas trans.

Antes de su aprobación, el Código de las Familias generó fuertes debates al interior de la sociedad civil, así como la oposición mayoritaria de la Iglesia Católica y las denominaciones protestantes presentes en el país. Los medios oficiales cubanos desplegaron una campaña a su favor.

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