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Mosquitos se apoderan de Cárdenas y las autoridades sanitarias advierten antes el caos

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 22 de septiembre de 2025

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La situación sanitaria en Cárdenas vuelve a estar en el centro de la atención ciudadana. Autoridades locales han alertado sobre la circulación de virosis transmitidas por el mosquito Aedes aegypti —entre ellas dengue, chikungunya e incluso el riesgo añadido de COVID-19 en un escenario de salud ya debilitado—. Los reportes hablan de pacientes con fiebres altas y fuertes dolores en las articulaciones, sobre todo en las extremidades inferiores, síntomas que reflejan la magnitud de la amenaza. Frente a este cuadro, las instituciones afirman que “todos los puestos de salud pública del municipio están activados” y llaman a la población a la limpieza de patios, al chapeo de hierbas y a evitar las picaduras del vector.

El discurso oficial, sin embargo, contrasta con la dura realidad de la vida cotidiana en el territorio. ¿Cómo pueden los ciudadanos cumplir con estas orientaciones si apenas logran garantizar lo elemental: alimento, electricidad o agua? Pretender que las familias se dediquen a eliminar criaderos cuando ni siquiera tienen los medios básicos para sostener su día a día resulta, por decir lo menos, ilógico. A esto se suma que la fumigación —uno de los mecanismos más efectivos para controlar la propagación del mosquito— suele llegar tarde y con recursos limitados, cuando la infestación ya ha avanzado.

La falta de planificación y de apoyo material convierte la prevención en un discurso vacío. La lucha antivectorial, que en otras épocas tuvo organización y resultados visibles, hoy aparece fragmentada, dependiente de brigadas que no siempre cuentan con combustible, equipos o insecticidas suficientes. El anuncio de que “se tomarán cartas en el asunto” termina siendo una promesa difusa que no responde a la urgencia sanitaria que enfrenta la población.

En este contexto, la carga recae sobre las personas, como si el control del Aedes aegypti fuera una cuestión exclusiva de voluntad individual y no una responsabilidad compartida, donde el Estado debería garantizar condiciones mínimas para una prevención efectiva. Las advertencias sobre los síntomas y los llamados a mantener el hogar libre de mosquitos pierden impacto cuando no hay coherencia entre las exhortaciones y la capacidad institucional para respaldarlas.

La salud pública en Cárdenas atraviesa un momento crítico que demanda más que mensajes de alerta. Requiere coordinación, recursos y un enfoque que priorice la prevención antes de que la enfermedad se disemine. Las comunidades no pueden ser simples receptoras de orientaciones: necesitan apoyo tangible, desde la recolección sistemática de desechos y el suministro estable de agua, hasta campañas de fumigación oportunas y constantes. De lo contrario, la población seguirá expuesta, soportando no solo las dolencias físicas que causan el dengue o la chikungunya, sino también la frustración de sentirse abandonada ante problemas que deberían ser abordados con seriedad y eficacia.



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