Monja cubana Sor Nadieska: “este pueblo ya se cansó de discursos y promesas”
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 28 de septiembre de 2023

"Busquen al Señor mientras se le encuentra…", dijo este jueves la monja cubana Sor Nadieska Almeida en un mensaje que compartimos íntegro a continuación.
El domingo 24 de septiembre, día en que celebramos la fiesta de nuestra Señora de la Merced, la Iglesia, en su sabia liturgia, nos proponía esta lectura que, aunque no es la de la fiesta de la Virgen, no deja de ser una profunda invitación para todos.
Para ser exacta en el texto, lo voy a citar: Is 55,6-9: "Busquen al Señor mientras se le encuentra, invóquenlo mientras esté cerca; que el malvado abandone su camino, y el criminal sus planes; que regrese al Señor, y él tendrá piedad, a nuestro Dios, que es rico en perdón".
Al escuchar la proclamación en la Eucaristía sentí esa invitación de parte de Dios a buscarlo siempre, pero creo que esta invitación no es solo para mí o para los creyentes, es para todos. Es esa posibilidad que tiene todo ser humano, y que es solo cuestión de tomar consciencia, de saber que Dios ha colocado un germen, un sello en nuestro ser que nos permite tender a Él. Nos inquieta con un deseo de más, nos bendice con la inquietud de la búsqueda y es desde ahí que podemos descubrir nuestra manera de seguir aportando a la creación de la cual es Él el Creador.
Buscar a Dios mientras ya Él ha salido a nuestro encuentro, Él nos ha amado primero, nos dice con total certeza el evangelista San Juan. Sin embargo, la experiencia de búsqueda nos puede parecer infructuosa si no entrenamos la mirada, porque no podemos amar a Dios a quien no vemos si no amamos al hermano a quien sí vemos (1Jn 4, 20). Incluso podemos correr el riesgo de acostumbrarnos a "ver" a Dios en el templo, en el sagrario, en la comunión, y no VERLO en los hermanos que más sufren.
Hoy me arriesgo a hacer una nueva invitación a aquellos que han cerrado sus entrañas a Dios mismo, a su humanidad; que han dejado de ver en su vida la posibilidad de vivir y de reconocer a sus hermanos en las personas que encuentran en su diario camino.
Hoy te hablo a ti, que tienes en tus manos la responsabilidad de hacer llegar la alegría a las madres que tienen a sus hijos injustamente presos; eres tú quien puedes devolver el brillo a esos ojos que lloran día a día esa inmerecida ausencia.
Te hablo a ti, que vendes el medicamento que viene con un destinatario que lo necesita para vivir y, aunque tu necesidad es real, no tienes derecho a resolverla pasando por alto el dolor ajeno, incluso aprovechándote de otros que también sufren la desesperación por algo que necesitan y tú, en razón de tu trabajo, lo puedes alcanzar. Ojalá descubras que eres un instrumento, no dueño ni dueña.
Te hablo a ti, que trabajas en las bodegas al acecho de sacar tu propia ganancia en detrimento de los que de alguna manera dependen de lo que les es vendido, que es también una miseria. Ya es suficiente la humillación de depender de "la cuota" para sobrevivir, y junto a eso, tu postura injusta de no ser exacto en el peso.
Te hablo a ti, que en tu función de atender a quienes llegan a las oficinas de cualquier institución para realizar trámites, se los complicas en una maraña de burocracia o haciendo que paguen por la izquierda aquello a lo que tienen acceso por derecho. Recuerda que son tus hermanos, tus hermanas.
También te hablo a ti, que por vocación elegiste salvar vidas, acompañar el mundo del dolor. Ciertamente no tienes insumos, no es tu responsabilidad conseguirlas, pero sí tienes en tu corazón y en tu mente el inmenso poder del respeto, del buen trato, de la calidez y la seguridad que necesitan de ti los que van buscando alivio y sanación.
Finalmente, me dirijo a ti, que ocupas cualquier puesto de autoridad en el país. A ti, que en definitiva eres el responsable de buscar soluciones y no crear más dificultades. Me dirijo a ti, que en las reuniones culpas a los funcionarios de irresponsabilidad, cuando tú no cumples con tu palabra y vives con la seguridad que le falta a tantos.
Sí, con respeto y con verdad les hablo, les invito a que dejen de mirar sus propios intereses y vuelvan la mirada a este pueblo que ya se cansó de discursos y promesas, que ya está harto de sufrir tanto. Ya es hora de dejar de lado tantos egoísmos, tanto engaño.
MIREN alrededor, dedíquense a rescatar la chispa de humanidad y el deseo de vivir que se apaga en el corazón de los cubanos. Aún hay posibilidad de descentrar la mirada sobre ustedes mismos y levantar la vista para reconocer en quienes están a su lado, en las personas con quienes se encuentran cada día, la posibilidad de tender una mano, de sacar una sonrisa, de ofrecer una ayuda… en fin, de HACER brotar la esperanza.
No es fácil, pero tampoco es imposible. A nuestra Señora, la Virgen de la Merced, le pido que a todos nos acompañe en este camino de VER y HACER.