Lo que para muchos suele ser motivo de disputa familiar se ha convertido en un gesto de solidaridad y amor hacia una ciudad. El empresario de origen italiano Paolo Ghirelli, fundador del emblemático restaurante La Meridiana y figura clave en el desarrollo del sector hostelero de Marbella, en España, ha dejado una herencia de 2,5 millones de euros al Ayuntamiento con un propósito muy claro: destinarla al bienestar de las personas mayores del municipio.

Ghirelli, quien falleció en agosto a los 80 años, dispuso en su testamento que el dinero fuera utilizado en proyectos que mejoren la atención y la calidad de vida de los mayores. La alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz, anunció que el Consistorio cumplirá con la voluntad del empresario y trabaja junto a los albaceas de la herencia para definir los destinos específicos de los fondos.

“Su generosidad, implicación y amor por Marbella han quedado una vez más demostrados con este gesto solidario”, afirmó Muñoz, destacando que Ghirelli no solo deja un legado empresarial y social, sino también “un ejemplo de altruismo y compromiso con los más vulnerables”.

Según la propuesta del Ayuntamiento, parte de la donación podría destinarse a programas municipales ya existentes, como el de atención inmediata, la ayuda a domicilio o las iniciativas contra la soledad no deseada. Otra parte podría invertirse en mejorar las instalaciones de la residencia pública del Trapiche del Prado, un centro que también nació gracias a la donación de una familia local para ofrecer un espacio digno a los mayores de la ciudad.

Ghirelli, natural de Italia pero marbellí de corazón, fue un empresario visionario que dejó huella en la vida social y cultural de la Costa del Sol. Su restaurante La Meridiana se convirtió en uno de los puntos más exclusivos de la jet set durante las décadas doradas de Marbella, recibiendo a figuras internacionales como Bruce Willis, Luis Miguel, Mariah Carey, Naomi Campbell o Philippe Junot.

Más allá del glamour que rodeó su vida profesional, su última voluntad refleja una faceta más íntima y humana: la de un hombre agradecido con la ciudad que lo acogió y decidido a retribuirle parte de lo que recibió.

“Vamos a seguir trabajando para definir de forma definitiva cómo se distribuirá esta generosa aportación”, señaló la alcaldesa, quien recordó que el gesto de Ghirelli “lo consagra no solo como un embajador del espíritu emprendedor de Marbella, sino también como un ejemplo de solidaridad con quienes más lo necesitan”.

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