“Miguelito” Calderón: adiós a una leyenda del baloncesto cubano
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 19 de septiembre de 2025

Con profundo pesar se anuncia el fallecimiento de Miguel Calderón Gómez, conocido cariñosamente como “Miguelito Calderón”, exjugador y entrenador de baloncesto cubano, figura emblemática del deporte ráfaga en la isla. Su partida deja un hueco irreparable en el corazón del baloncesto cubanol, pero también un legado que permanece vivo en quienes lo vieron jugar, entrenar y compartir su pasión por el deporte.
Nacido en La Habana, Miguelito mostró su inclinación por el baloncesto desde niño, en los barrios populares, donde las canchas sencillas y una pelota china marcaron el inicio de su vocación.
Como jugador: Fue pieza clave de la selección cubana en los años 70. En particular:
Contribuyó al histórico bronce en los Juegos Olímpicos de Múnich 1972, donde Cuba alcanzó el podio en una de sus participaciones más resonantes.
Formó parte también del seleccionado que ocupó el cuarto lugar en el Campeonato Mundial de Puerto Rico 1974.
Como entrenador: Su huella fue aún mayor desde la banca:
Dirigió la selección nacional absoluta de Cuba durante varios años, entre 1992 y 1999.
Fue responsable de equipos juveniles por muchas temporadas, preparando generaciones de atletas que luego destacaron dentro y fuera de la isla.
Logró importantes títulos con la selección en competencias regionales como el Centrobásquet, incluyendo la triple corona consecutiva que lo consolidó como uno de los entrenadores más exitosos de la zona.
Al frente de los “Capitalinos” en la Liga Superior del baloncesto cubano obtuvo múltiples coronas nacionales.
Miguelito Calderón no solo ganó medallas, sino que dejó enseñanzas de disciplina, compromiso y amor al juego. Fue admirado por jugadores como Andrés Guibert, Richard Matienzo, los hermanos Herrera, entre otros, quienes consideran que su formación con él marcó sus carreras.
Era conocido por su estilo riguroso, exigente, pero también profundamente humano, por su fidelidad a principios deportivos y morales. Como entrenador, enfatizaba la preparación, el conocimiento del rival, el estudio táctico y la importancia de jugar con entrega.
Desafortunadamente, los últimos años de Miguelito Calderón se vieron marcados por dificultades que contrastan con la grandeza de sus logros. Se reportó que padeció problemas graves de salud, incluida pérdida de la visión, y que vivió en condiciones de abandono en un hospital de La Habana.
Ese final duro ha despertado un gran pesar en la comunidad deportiva cubana, que también lo recuerda con gratitud por cuanto dio al país, por los momentos de gloria que hizo vibrar al público cubano y por la influencia que tuvo en la formación de atletas y entrenadores posteriores.
Hoy Cuba despide a uno de sus más grandes exponentes del baloncesto. Su memoria perdurará en las canchas, en los trofeos, en los nombres de quienes fueron sus discípulos, en los corazones de quienes lo vieron triunfar. Que su vida inspire humanidad, justicia y reconocimiento para todos los que dedicaron su juventud al deporte.