Migrantes cubanos fundan un barrio en Uruguay: “No me pienso mover de acá”

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 10 de abril de 2023

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Familias de migrantes cubanos fundaron un asentamiento al norte de Giannattasio, en Uruguay, adonde llegaron por diferentes motivos tras salir de la isla y con los años el barrio ha ido creciendo gracias al arribo de más personas.  

En alrededor de cinco años, la zona pasó a ser conocida como “el barrio de los cubanos”. Casi 60 familias de cubanos componen el vecindario, detalla un reporte del medio local El País. “Un par de cuadras al norte del shopping Costa Urbana comienzan filas y filas de casas, una pegada a la otra, con colores chispeantes y perros en cada rincón -incluidos los techos-“, describe la publicación.

“Unas cuatro manzanas improvisadas, con finos pasajes entre una vivienda y la otra y calles de tierra que bordean el predio. Las casitas son modestas, algunas de bloques, otras de madera”, apunta.

“Por lo general nosotros no nos metemos donde no nos toca. Todos los que estamos aquí somos personas sanas, del trabajo a la casa y de la casa al trabajo”, explicó Blanca, una cubana de 56 años casada con un uruguayo. “Los uruguayos que viven en el barrio no se quieren ir porque hay tranquilidad, seguridad y todos nos ayudamos”, agregó.

Otro cubano que llegó el año pasado, dice que no tiene planes de abandonar el lugar. “Si pudiera hacer dinero me gustaría ayudar más a mis hijos, pero de acá no me voy”, dijo. “Ya me siento de Uruguay como si fuera de toda la vida”, comenta otra.

Muchos tenían planificado llegar a Estados Unidos, pero por diferentes motivos no lo hicieron y escogieron asentarse en el país sudamericano, cuyas políticas migratorias son más flexibles que en otros territorios de la región. “Y no me pienso mover de acá, excepto ir a Cuba de visita”, sostiene una entrevistada.

Desde luego, la aguda crisis en la isla, ha impulsado el crecimiento de la población de cubanos. “Fíjate que la libra de arroz -medio kilo- está a unos 250 pesos uruguayos. Ni que hablar del aceite… Una botellita te puede salir al cambio 1.500 pesos. El cartón de huevos está a 1.400. Cuando un sueldo promedio ronda eso. Es imposible”, consideró Milady, una mujer de 40 años.

“Tengo una casa preciosa allá, grande, cómoda. Pero si no puedo acceder a las cosas básicas, ¿de qué me sirve?”, señaló. En general, los residentes del asentamiento vienen de provincias como Pinar del Río, Guantánamo, Santiago de Cuba, Cienfuegos, Las Tunas y Camagüey.

“Estamos aquí desde noviembre de 2022. Yo le dije a los viejos míos ‘cuando tenga la oportunidad, me voy; me va a doler, pero me voy’. Desde que tenía uso de razón quería irme, no tenía vida. Cuando sacamos los pasajes, a los 10 días ya nos fuimos”, dijo una pareja de santiagueros, Javier y su esposa Liani, quienes fueron de los más recientes en incorporarse a la comunidad.

Ellos llegaron por una de las rutas más comunes: Santiago de Cuba a Surinam, Surinam a Guyana, Guyana a Brasil y Brasil a Uruguay.

“En Surinam estuvimos dos días, desde Cuba habíamos conversado con dos amigos que estaban allí y nos dijeron que se querían ir. Así que coordinamos para que nos recibieran y nos íbamos todos juntos. A los dos días agarramos un bus a las dos de la tarde hacia la frontera con Guyana francesa y esperamos a la madrugada para tomar un bote”, dijo Javier.

“Estaba oscuro, húmedo. Tomamos el bote y cruzamos la frontera. Nos dieron un papel que nos daba permiso para estar cuatro días, el tiempo que nos llevó recorrer toda Guyana hasta cruzar la frontera con Brasil. Ahí agarramos un ferry de 24 horas por el río Amazonas y llegamos a Belém -en el estado de Pará, a unos 4.100 kilómetros de Rivera-. De ahí hasta Uruguay toda la travesía fue en bus, parando a comer y bañarnos. En total fueron 15 días de viaje hasta cruzar en Rivera el 6 de noviembre”, detalló.

“Nos quedamos sin un peso. Compramos el pasaje y no comimos más hasta Rivera. Entramos bien tempranito, nunca habíamos sentido tanto frío. Y ahí caminamos tres kilómetros hasta que llegamos a migraciones”, evoca Javier, y precisa que eran alrededor de 10 o 15 cubanos en la misma travesía.

Una cubana de 37 años aseguró que la parte más difícil del viaje para ella fue en el cruce de Guyana a Brasil: “Están con drogas, armados, cuando uno en Cuba no vio un arma en la vida. Me asustó muchísimo, sin entender el idioma, sin saber a quién preguntar. Sálvate si puedes”, dijo.

Un taxista valoró la presencia de los cubanos en el área que habían ocupado. “No es por prejuzgar, pero honestamente esa zona estaba llena de malandros. Los cubanos son trabajadores, buena gente, limpiaron todo, no sabés lo que era esto. La lástima es que hay gente de afuera que sigue viniendo para acá a tirar basura. Pero ellos no, ellos cuidan”, dijo. “Están felices, pueden tener su lugar”, añadió.


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