Mercenarios chinos capturados en Ucrania relatan cómo acabaron en el Ejército ruso: 'Queremos volver a casa'
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 16 de abril de 2025

Dos ciudadanos chinos capturados por las fuerzas ucranianas han compartido su historia tras ser encontrados combatiendo junto al ejército ruso. Se trata de Wang Guangjun y Zhang Renbo, quienes afirmaron haber sido atraídos por falsas promesas de empleo y beneficios, pero terminaron en medio del conflicto armado sin saber exactamente a lo que se enfrentaban.
Ambos se convirtieron en los primeros ciudadanos chinos hechos prisioneros en el campo de batalla por el ejército ucraniano, según confirmó el presidente Volodímir Zelenski, quien también señaló que hay “varios cientos” de ciudadanos chinos participando en la guerra del lado ruso.
En una reciente rueda de prensa organizada por la agencia Ukrinform, los prisioneros explicaron que su principal deseo es regresar a su país. “La guerra real no es como en las películas. Solo quiero volver y ver a mi familia”, dijo Wang, quien también pidió perdón a sus padres por haber tomado la decisión de alistarse.
Wang, nacido en 1991, relató que encontró un anuncio en una red social china, similar a TikTok, en el que se ofrecía trabajo en Rusia con sueldos atractivos, cubriendo todos los gastos de viaje y documentación. Tentado por la promesa de ingresos de hasta 3.000 dólares mensuales tras haber perdido su empleo, decidió viajar, impulsado también por la visión del servicio militar como algo honorable en la cultura china.
Sin embargo, la experiencia fue muy distinta a lo prometido. “Me confiscaron el teléfono y la tarjeta bancaria. No tenía control sobre mi dinero”, denunció. Solo tres días después de ser enviado al frente, fue capturado sin haber disparado su arma.
Zhang Renbo, nacido en 1998, explicó que aceptó una supuesta oferta para trabajar en construcción en Rusia, pero al llegar fue obligado a unirse al ejército sin recibir ningún tipo de entrenamiento militar. “Nunca vi a un soldado ucraniano hasta que me detuvieron. No sabía que iba a acabar en una guerra”, declaró.
Ambos insisten en que firmaron contratos por decisión propia y sin ninguna participación del gobierno chino. Aun así, dicen estar dispuestos a afrontar las consecuencias legales en su país con tal de regresar. “Acepto que puede haber castigo, pero lo que más deseo es volver a casa”, señaló Zhang.
Sus declaraciones coinciden con otros testimonios recogidos en los últimos meses. En un documental publicado en marzo, un combatiente chino conocido como “Macron” habló desde una posición en las cercanías de Bakhmut, una de las zonas más intensas del conflicto. Allí, denunció la discriminación sistemática que sufrían los voluntarios extranjeros no blancos.
Según explicó, los soldados chinos, africanos y árabes eran utilizados como carne de cañón. “Nos asignaban las tareas más peligrosas, los peores turnos y el peor trato. La discriminación era clara desde el entrenamiento”, afirmó.
Estos testimonios refuerzan informes previos que indican que muchos combatientes extranjeros, en especial de Asia, África y América Latina, están siendo enviados a las líneas más peligrosas del frente, con altas probabilidades de no sobrevivir.