Un video viral muestra a un cubano que, recién llegado a la Isla desde el extranjero, traslada una caja con cinco millones de pesos cubanos (CUP) en el maletero de su auto. En la grabación, el hombre sostiene tres mil dólares en la mano y explica que ya ha cambiado la mayor parte a moneda nacional. Su crítica es directa: en Cuba, debido a la inflación, se necesita manejar volúmenes descomunales de efectivo para poder adquirir productos básicos.

Este caso pone en evidencia un fenómeno creciente: el peso cubano ha perdido tanto valor que ya no resulta práctico para realizar compras medianas o grandes. Actualmente, un simple cartón de huevos puede costar más de 4.000 CUP y una libra de arroz ha superado los 340 CUP. Todo esto contrasta con un salario mínimo que apenas alcanza los 2.100 CUP al mes.

El tipo de cambio informal se mantiene como el termómetro real de la economía cubana. Un dólar se cotiza alrededor de los 375 CUP, lo que significa que los cinco millones transportados por este ciudadano equivaldrían a apenas poco más de 13 mil dólares. La tasa oficial, gestionada por Cadeca, sigue anclada en 120 CUP por USD, aunque su aplicación práctica es limitada por la falta de divisas.

La caja llena de billetes no solo simboliza la pérdida de poder adquisitivo del CUP, sino también la necesidad desesperada de la población de acceder a productos básicos a través del mercado informal, donde el dólar manda. La dolarización parcial del país se ha consolidado ante la imposibilidad de sostener una economía funcional con el peso nacional.

El gobierno ha anunciado su intención de aplicar una nueva tasa de cambio “flotante” y controlar el mercado informal, pero sin resultados concretos a la vista. Incluso entidades estatales como ETECSA ya dan señales de una tasa real más cercana a los 400 CUP por USD. Mientras tanto, el ministro de Economía, Joaquín Alonso Vázquez, promete reformas y aumentos en exportaciones como solución estructural, pero las críticas persisten.

La imagen de un hombre cargando millones en efectivo para hacer una compra revela una verdad incómoda: la economía cubana se hunde en una espiral de inflación, escasez, desigualdad y pérdida de confianza en su propia moneda. En medio de la crisis, la única alternativa real para muchos ciudadanos sigue siendo el acceso al dólar, ya sea por vías oficiales o a través del mercado paralelo.

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