La revisa oficialista Alma Mater publicó este jueves un artículo de opinión acerca de la ola migratoria de jóvenes cubanos que ha venido aconteciendo durante los últimos meses, donde reconoce que los motivos son políticos pese a que el discurso oficialista los vincule estrictamente a lo económico.

“En los últimos meses hemos asistido a una sangría preocupante de jóvenes, profesionales o no, que parten a la emigración. Si la juventud es la arcilla del futuro, este puede ser quizá uno de los problemas más urgentes que los revolucionarios cubanos nos debemos plantear. ¿Por qué se van?”, inquiere la publicación.

“«Se van por razones económicas, no políticas». Cierta zona del discurso oficial esgrime esto constantemente como si fuera una exculpación. No sabemos bien en el mundo del liberalismo, pero para los comunistas los problemas económicos son problemas políticos; para los comunistas todos los problemas son políticos”, argumenta.

Según defiende el texto, “la emigración es un asunto muy político y sus causas también, aunque no sean el desacuerdo con el orden establecido, la persecución, ni las ansias de fundar partidos políticos electoreros o periódicos privados, como le gusta a la contrarrevolución enfocar el tema”.

“Es tan político el problema al que nos enfrentamos y tan irreducible a lo económico que incluso podríamos decir que en esta Cuba tenemos emigrados del proyecto socialista que nunca han salido de las fronteras, pero que desde hace tiempo no comulgan con ese proyecto de país ni participan de él: y no son precisamente opositores ni contrarrevolucionarios, sino sencillamente gente desconectada de «esto», apática, indiferente”, plantea.

El artículo admite que la escasez material es una condicionante de peso para la emigración, sin dejar de señalar el embargo de Washington como motivo. “Pero si nos quedamos en ese nivel del análisis no tendremos explicación a por qué también emigran muchos que en Cuba tenían sus problemas materiales resueltos, y menos aún vamos a poder comprender la otra cara de la moneda: la franja de jóvenes, de diferentes condiciones económicas, que ha decidido no irse”, expone.

“La falta de protagonismo juvenil en Cuba es un problema: la juventud se ha entendido más de una vez simplemente como un recurso a movilizar y a convocar para tareas, pero no como un sujeto que decide, crea y determina”, señala.

“En una sociedad tan adultocéntrica como esta los jóvenes debemos movernos en espacios y adaptarnos a normas que no creamos, y sobre los cuales nunca interesa demasiado nuestra opinión”, expresa más adelante. “Esto ocurre en lo laboral, en lo familiar, en lo político, en la ciencia, en la educación, en todas partes. ¿Cuántos recién graduados no llegan con ganas de comerse el mundo a un trabajo gobernado por las arenas movedizas del burocratismo?”, agrega.

“A veces las personas no necesitan ni quieren un carro del año, y todo lo que desean es su espacio para hacer las cosas como las piensan, como las sueñan. El capitalismo no le asegura eso a nadie, pero nos aventaja en presentar el cumplimiento de los sueños como parte de lo posible. El inmovilismo y la mediocridad a la que se enfrentan muchos jóvenes, especialmente profesionales, en cambio, logra asegurar una cosa: la clausura de todos los sueños”, expone.

Según las autoridades estadounidenses, casi 35 000 migrantes cubanos llegaron a ese país en abril a través de la frontera terrestre. Pero no es la única nación donde los nacidos en la isla buscan realizar sus proyectos de vida, sino en disímiles lugares del mundo. La actual crisis ha condicionado, no obstante, uno de los mayores éxodos de la historia. 

La revista Alma Mater ha estado en el centro de la polémica por estos días, luego de que la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) expulsara a su director, el periodista Armando Franco, lo cual fue justificado como un proceso de “renovación natural”. El medio había alcanzado cierta connotación en el ámbito del oficialismo, por tratar temas sobre los que habitualmente la prensa gubernamental prefiere guardar silencio.

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