El Banco Central de Cuba (BCC) anunció este 18 de diciembre de 2025 una nueva tasa de cambio oficial que sitúa el dólar estadounidense en 410 pesos cubanos y el euro en 481,42 pesos. La información fue divulgada por el medio estatal Cubadebate y marca un nuevo ajuste dentro del sistema de tasas flotantes que el Gobierno ha comenzado a aplicar en determinados segmentos del mercado cambiario.

De acuerdo con los datos publicados, las casas de cambio estatales (CADECA) manejan valores distintos para la compra y venta de divisas. En estas entidades, el dólar se compra a 401,8 pesos y se vende a 418,20, mientras que el euro se adquiere a 471,79 y se vende a 491 pesos. En hoteles, puertos y aeropuertos, las tasas son aún más elevadas: el dólar se compra a 397,7 y se vende a 434,6 pesos, y el euro oscila entre 466,98 y 510,31 pesos.

Aunque el BCC presenta esta tasa como resultado de la oferta y la demanda, hasta el momento no se han ofrecido detalles claros sobre la metodología empleada ni sobre quiénes podrán acceder a la compra y venta de divisas bajo este esquema. Las autoridades solo han adelantado que la información completa será publicada en la Gaceta Oficial, lo que ha incrementado la incertidumbre entre la población.

La nueva cifra oficial no se distancia demasiado de la tasa representativa del mercado informal que publica la plataforma independiente El Toque, que el 17 de diciembre situaba el dólar en torno a los 440 pesos y el euro cerca de los 480. Esta cercanía ha generado una ola de reacciones críticas en redes sociales, donde muchos cubanos cuestionan la efectividad del anuncio y señalan que el Estado estaría comprando divisas a un precio inferior para luego revenderlas más caras.

Comentarios irónicos y de descontento no se han hecho esperar. Algunos usuarios aseguran que el cambio no resolverá la escasez de divisas ni el alza constante de los precios, mientras otros consideran que el anuncio resta credibilidad a las referencias alternativas del mercado. Frases como “ya no es El Toque, ahora es el manotazo” o “qué ridículo” reflejan el sentir de una parte de la ciudadanía.

En un contexto de profunda crisis económica, inflación sostenida y pérdida del poder adquisitivo, este nuevo ajuste cambiario vuelve a poner en el centro del debate la transparencia, la viabilidad y el impacto real de las políticas monetarias adoptadas por el Estado cubano.

Del perfil de Alberto Arego

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