Habían salido de la zona del Mariel en La Habana con esperanza de llegar a Estados Unidos pero una tragedia acabaría con el sueño de Chenli Yoan Capote de 21 años y los hermanos Josué Gabriel y Karen Rojas Pareta, de 22 y 19, en el hecho solo sobreviviría uno de los balseros Julio César Capote.

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El cubano contó la pesadilla que vivió a la prensa local estadounidense: “nosotros salimos y a los 3 días se nos vira la balsa y se nos bota la comida, el agua, todo. Lo peor, estaba aún por pasar. Empieza el sol a quemarnos y a la muchachita junto con el hermano se le empiezan a caer las uñas, a despellejársele las manos a quemársele todas las costillas y ella dice no aguanto más y se tira al agua con el hermano. El hermano estaba peor que ella, desde que salió estaba vomitando deshidratado, vomitaba sangre y todo”.

El hombre explica que quedaron él y el tío, que ya había comenzado a alucinar: Y se cae un pedazo de la balsa y él se tiró a cogerla y las olas eran muy grandes y se lo llevaron”.

Otros 10 días anduvo a la deriva: “ya a mi me daba lo mismo, que muriera o seguir vivo”, dice recordando. Aunque la historia fue otra, pues un samaritano lo vio, notificó a las autoridades y Capote fue rescatado y atendido en el hospital Jackson Memorial, donde le trataron las quemaduras que sufrió por la larga exposición al sol.

El abogado de inmigración Willy Allen refirió a Telemundo algunas de las opciones que puede tener el cubano: “esta semana lo van a llevar a acción diferida, que es la oficina de aduana, y le pueden dar una I-94, le pueden dar un parole o lo pueden soltar bajo palabra. Con ese documento es posible que al año y un día pueda tomar su residencia”.

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