La provincia de Mayabeque, en el occidente de Cuba, es el territorio del país donde más búsquedas de pornografía se han realizado en Google este año, según las estadísticas del propio sitio.

Las cifras de Google Trends revelan que las localidades de San José de las Lajas, Jagüey Grande (Matanzas), Oswaldo Sánchez, San Antonio de Río Blanco (Mayabeque) y Caimito tienen las mayores puntuaciones de interés. San José presenta un puntaje de 100, el máximo de la escala. Al predominar las localidades artemiseñas, la provincia asciende al primer puesto.   

En el top cinco de las provincias donde más buscan material a través del término “porno” en internet, se encuentran Las Tunas, Granma, Artemisa y Camagüey, en ese orden. Predomina la temática lésbica y gay en las búsquedas desde el primer día del año hasta la fecha, en el caso de Mayabeque.

La Habana figura en el puesto 14 de la relación, por detrás de ciudades como Santa Clara, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Camagüey y Holguín, entre otras.

Durante muchos años, indagaciones similares permanecieron ocultas, pero con la apertura de la isla a la internet desde teléfonos móviles, zonas WiFi y dispositivos electrónicos en las casas, el registro de las actividades de los cubanos en la red de redes puede ser más visible.

Las autoridades cubanas penalizan la distribución y producción de contenido pornográfico, aunque en la isla el consumo de esos materiales existe desde hace décadas en diversos formatos. De igual modo, las redes sociales han propiciado espacios que antes no eran posibles.

En abril, se reportaron unas 150 denuncias por pedofilia en grupos de Facebook, recogidas por feministas cubanas en los meses previos, que implicaban a ciudadanos de la isla. “Hay un montón de miembros del grupo ese que viven en La Habana”, advirtió una internauta sobre las publicaciones relacionadas con el interés sexual por menores de edad.

En el grupo denunciado, aparecen imágenes de niñas bailando, niñas en sus casas o en una tienda. Decenas de hombres dejan sus comentarios sexuales en las publicaciones. Algunos se invitan entre sí a entrar a grupos en messenger para compartir más información.

Casi un mes después, un reporte del medio BBC informaba que miles de fotos y videos de mujeres cubanas desnudas estaban siendo compartidos en la plataforma de Telegram sin consentimiento de las implicadas. En la mayoría de los casos, se trataba de contenidos enviados por ellas a sus parejas u otras personas para uso privado.

“Me hicieron sentir como si fuera una prostituta porque (creían) que había compartido fotos íntimas de mí misma. Eso significaba que no tenía ningún valor como mujer”, dijo una joven. “Yo estaba completamente desnuda en esa foto... Tuvieron acceso a mis redes sociales, incluso a mi número de teléfono y me escribieron varias personas, me ofrecían dinero, a mí eso me tocó mucho”, confesó.

La referida plataforma no presenta una política específica para abordar el intercambio no consentido de imágenes íntimas, pero sus términos de servicio hacen que los usuarios acuerden “no publicar contenido pornográfico ilegal en canales visibles públicamente de Telegram, bots, etc”.

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