Mario Vargas Llosa enfrentó su enfermedad en silencio y dejó una carta íntima para sus hijos
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 18 de abril de 2025

El escritor y Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, fallecido recientemente, no solo dejó una huella imborrable en la historia de las letras hispanoamericanas, sino también un testimonio personal de entereza y amor hacia su familia. Poco antes de morir, reveló a sus hijos el diagnóstico de una enfermedad incurable que había mantenido en privado durante años.
La noticia de su fallecimiento sacudió al mundo cultural, pero para sus hijos —Álvaro, Morgana y Gonzalo—, el duelo comenzó mucho antes. Desde mediados de 2020, Vargas Llosa sabía que enfrentaba una condición de salud irreversible, aunque optó por vivir esos últimos años con discreción, alejándose del protagonismo mediático que durante décadas había acompañado su carrera.
El reconocido periodista y escritor Jaime Bayly compartió recientemente detalles sobre esa etapa final del autor peruano, revelando que Vargas Llosa había redactado una carta dirigida exclusivamente a sus tres hijos. En ese mensaje, escrito con la lucidez y profundidad que lo caracterizaban, el autor de La ciudad y los perros comunicaba su diagnóstico y les pedía que lo acompañaran, no con tristeza, sino con serenidad y unidad familiar.
La misiva, descrita como uno de los textos más personales y conmovedores de su vida, contenía no solo palabras de amor, sino también instrucciones claras sobre sus últimos deseos. Según explicó Bayly, Vargas Llosa pidió ser incinerado y que sus cenizas fueran esparcidas en el mar de Paracas, en Perú, un lugar con profundo significado emocional para él.
Durante los cinco años que transcurrieron desde el diagnóstico hasta su fallecimiento, el escritor continuó trabajando en su obra, demostrando que la pasión por las letras no lo abandonó ni en los momentos más difíciles. De hecho, publicó su última novela en medio del proceso de enfermedad, sin dar señales públicas de su condición.
La familia, consciente del delicado estado de salud del autor, optó por proteger su intimidad. Solo un reducido círculo de personas cercanas tuvo conocimiento de la situación. De acuerdo con un reportaje del diario El País, fue precisamente esa voluntad de discreción la que permitió a Vargas Llosa vivir sus últimos años sin la presión del escrutinio público, rodeado del afecto de sus seres queridos.
A pesar del deterioro físico, el escritor se mantuvo emocionalmente fuerte, compartiendo conversaciones, recuerdos y planes con sus hijos. En su carta, también les pidió mantenerse unidos, cuidar a su madre Patricia —con quien compartió décadas de vida— y preservar el legado cultural y ético que intentó inculcarles.
El testamento emocional de Vargas Llosa refleja no solo su talla como escritor, sino como padre y ser humano. En medio de una sociedad que muchas veces evade hablar de la muerte, él prefirió hacerlo de frente, con madurez y ternura. Para sus hijos, esa carta se convirtió en un faro que los guiará en la ausencia.
Más allá de sus premios, polémicas y obras memorables, Mario Vargas Llosa deja una lección de vida: que incluso en los momentos más oscuros, la palabra puede ser un refugio, y el amor familiar, el más valioso legado.