El presidente venezolano Nicolás Maduro lanzó una advertencia directa y cargada de tensión hacia Estados Unidos y su mandatario Donald Trump, después de que Washington duplicara la recompensa para quien aporte información que lleve a su captura, elevándola a 50 millones de dólares.

Durante su programa televisivo "Con Maduro +", y rodeado de sus principales jefes militares y policiales, Maduro no dudó en señalar que un intento por arrestarlo podría marcar “el fin del imperio americano”.

Con voz firme y desafiante, afirmó: “A los imperialistas les digo y a mi pueblo: no se atrevan, porque la respuesta puede ser el inicio del fin del imperio americano. Dejen quieto a quien quieto está. Yo soy un hombre de paz, pero soy un guerrero”. Estas palabras evidencian la tensión creciente entre Caracas y Washington, en un momento en que las relaciones diplomáticas parecen más fracturadas que nunca.

El líder chavista contó con el respaldo explícito de altos mandos militares como Diosdado Cabello, ministro de Interior, quien destacó la activación total de los “cuadrantes de paz”, con miles de patrullas y cámaras de vigilancia en todo el país.

El comandante estratégico Domingo Hernández Lárez calificó la recompensa estadounidense como un “ultraje” y una humillación para las Fuerzas Armadas venezolanas, rechazando lo que consideró una “ofensa al honor militar”.

En medio de esta escalada, Maduro sorprendió con una propuesta inesperada: la unión de las Fuerzas Armadas de Venezuela y Colombia para combatir juntos la violencia y el narcotráfico en la frontera común, una iniciativa que busca fortalecer la cooperación bilateral en un territorio históricamente conflictivo.

El aumento de la recompensa estadounidense responde a las acusaciones oficiales que vinculan a Maduro con el Cartel de los Soles, una red de narcotráfico señalada de enviar cocaína hacia Estados Unidos y colaborar con grupos criminales como las FARC y el Cártel de Sinaloa.

Washington reafirma que no detendrá su búsqueda hasta llevar al presidente venezolano ante la justicia.

Mientras tanto, Maduro sostiene que estas acciones son un ataque imperialista contra Venezuela y su soberanía, manteniendo firme su postura de resistencia frente a lo que llama “agresión”. El conflicto entre ambos países parece adentrarse en un terreno cada vez más peligroso y cargado de amenazas, con el mundo observando atento.

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