La madre de Ariel y Omara Ruiz Urquiola se llama Isabel, una mujer que ha dedicado su vida a la educación y al trabajo agrícola en su finca en Viñales, Pinar del Río.

Isabel es una figura clave en la vida de estos dos reconocidos activistas cubanos, y representa para ellos un símbolo de dignidad, valentía y principios firmes frente al poder represivo del Estado cubano.

Isabel, a pesar de sus años, ha sido víctima de horrores en medio de un constante hostigamiento estatal debido a la postura opositora de sus hijos: robo de animales ( en múltiples ocasiones, funcionarios de la Seguridad del Estado y del Ministerio de la Agricultura han irrumpido en su propiedad, robando animales como vacas y terneros (Natividad y Nacho), sin compensación ni justificación real.

Han roto cercas, puertas y otras estructuras de su finca bajo pretextos legales falsos, dejando a Isabel sin recursos para sostener su vida y trabajo.

Acoso psicológico y presión: Isabel ha sido vigilada, amenazada y utilizada como blanco para debilitar a sus hijos emocionalmente. El régimen utiliza su figura materna como instrumento de castigo.

Despojo de derechos: Aunque la familia tiene documentos legales de usufructo de la tierra, el gobierno insiste en que están dentro del Parque Nacional Viñales, intentando arrebatarles el derecho a cultivar y criar ganado, con el objetivo de destruir su sustento.

En resumen, Isabel no es solo una madre valiente; es también una víctima del abuso institucional sistemático que busca doblegar la voluntad de su familia a través del sufrimiento y la humillación.

Sin embargo, ella sigue en pie, con la misma fuerza con la que ha criado a dos de los disidentes más firmes del país, a los cuales no les permiten la entrada en el país.

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