Los cruceros ‘son la única entrada que tenemos, porque ya casi no hay turismo aquí’, aseguran cubanos

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 5 de junio de 2019

Article feature image

Julio César es un cubano que tiene un Desoto Deluxe de 1948 con el que llegaba a diario a la terminal de cruceros en La Habana para recoger en su descapotable rojo dos o tres grupos de turistas estadounidenses que recorrían la ciudad a un precio de entre 30 y 40 dólares la hora.

"Me diste malas noticias. Cuando aquí no entran cruceros no hay clientes", dijo, reseña Diario de Cuba, después de saber que el Departamento de Estado de Washington prohibió los viajes a Cuba en estos buques recreativos, y restringió las visitas culturales de estadounidenses.

“La prohibición de los viajes en crucero a Cuba impuesta este martes por el Gobierno de EEUU podría hacer mella en los negocios privados del centro histórico de La Habana, desde restaurantes y tiendas de souvenirs hasta los emblemáticos automóviles clásicos”, considera el citado medio.

Por otro lado, asegura que se estima que estos cruceros de navieras como Carnival y Norwegian llevaron a la isla “a 340.000 estadounidenses en 2018, el doble que el año anterior, lo que situó al país norteamericano como el segundo mercado emisor de visitantes a la Isla (con un total de 638.000) solo por detrás de Canadá, según datos del Ministerio de Turismo”.

"Me quiero morir. ¿Cómo no van a poder venir los cruceros? Si son la única entrada que tenemos, porque ya casi no hay turismo aquí ya", dijo Yolaina, “tras asegurar que aproximadamente la mitad de sus clientes proceden de los barcos gigantes que atracan a escasos 100 metros de su negocio”.

"Estamos sobreviviendo por los cruceros. Creemos que si caen los cruceros caerán los negocios aquí también", protestó, aunque no pierde el optimismo: "los cubanos somos tremendos, estamos adaptados a vivir en cualquier etapa, clima y época. Somos fuertes", dijo otra antillana.

"Me he quedado de piedra. Ya estábamos preocupados antes de venir porque pensábamos que podía pasar, pero no lo sabíamos. Al menos aún tenemos el resto del día para apoyar a la gente de aquí", dijo la jubilada Scarlett Skinner, en tanto comía una "ropa vieja" cubana en un restaurante del barrio.


Recomendado para ti

Tambien te puede interesar