El locutor cubano Frank Abel Gómez Bernal reveló las razones que lo llevaron a emigrar abandonando la isla y aseguró que “la desatención por parte del ICRT y el poco valor que le conceden a las jóvenes figuras” lo impulsaron a tomar la decisión.

En entrevista concedida al medio independiente Cibercuba, el comunicador espirituano recién llegado a Estados Unidos dijo que "nadie abandona su tierra por gusto”.

“Estuve más de 20 años trabajando y nunca logré tener casa propia. Además, muchas veces no tenía ni para comer decentemente. Tener que pagar una renta y quedarme prácticamente sin salario; vivir de regalos de amigos y familiares para salir lo mejor vestido en pantalla”, relató.

Asimismo, el popular locutor, que incursionaba en la radio y la televisión cubana, explicó que nunca tuvo libreta de abastecimiento en La Habana. “Ni lo mínimo me daban al no tener una dirección propia ¿cómo no vivir al límite?”.

“Esta historia no es de tiempos de COVID ni es sólo mía, es la historia de muchos artistas que no pertenecemos a la ‘nueva’ burguesía' y menos somos los mimados por elección de los dirigentes del ICRT”, denunció.

De igual modo, aseguró a quienes pongan en duda su versión que pueden corroborarla. “Los que no me crean pueden indagar con mis compañeros de trabajo que muchas veces me ayudaron: dinero, comida y abrigo. Compañeros como Maurín Delgado, Lázaro Caballero, Raquel Mayedo, Yordanka Arioza y muchos otros, entre artistas y amigos”, enfatizó.

Frank Abel, que incursionaba en espacios de corte cultural, dijo que estos han disminuido considerablemente en la parrilla de programación televisiva.

“Se ha politizado mucho la televisión, es muy dirigida y eso me ahogaba, me hacía sentir mal. Eso, sin tener en cuenta la situación económica tan paupérrima que se vive en Cuba que es asfixiante. Esas son algunas de mis razones para dejar detrás a mi querida Patria”, señaló.

“Era muy difícil. Sí te puedo asegurar que yo nunca he comulgado con las ideas imperantes, que hay que seguir dogmáticamente; no era fácil expresar algo por la tele y la radio y… ¡pensar de otra forma!”, agregó el locutor que ingresó a Estados Unidos con una solicitud de asilo político.

Frank Abel, se graduó como actor en la Escuela Nacional de Arte en 1999, sin embargo, asegura que la pasión por la presentación venció a la actuación.

Según recuerda, salió de Cuba con pasaporte oficial y bajo amenazas “de lo que me harían si me quedaba con dicho documento”, sin embargo, gracias a la ayuda del actor cubano Erdwin Fernández, también recién llegado a Estados Unidos, se alojó en México y luego cruzó la frontera.

“Ahí comenzó una nueva etapa, llena de esperanza, que ni los peores momentos en la detención me abandonó. Fui recibido en esta ciudad del Sol por amigos y colegas y ahora presento mi propio proyecto “Lo de FRANK”, una revista nocturna los lunes, miércoles y viernes por las redes sociales”, comentó.

El presentador lamenta la situación crítica que se vive en Cuba. “Es muy duro ver vacío espiritual en las calles, la maldita miseria en muchos rostros”.

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