¡Lo que faltaba! Un caballo “campea por sus respetos” dentro de un hospital en Sagua la Grande, Villa Clara
Redacción de CubitaNOW ~ domingo 21 de septiembre de 2025

Lo que en cualquier país sería una escena impensable, en Cuba se convierte en parte del día a día. En el municipio villaclareño de Sagua la Grande, un caballo fue visto dentro de un hospital, caminando tranquilamente por los pasillos como si se tratara de su propio corral.
El animal, aparentemente conducido por su dueño, avanzaba sin que nadie se inmutara demasiado, como si la presencia de un cuadrúpedo en un centro de salud fuera lo más normal del mundo.
Este hecho, trasmitido por Fidel Francisco Rangel Sánchez, revela no solo el estado deplorable de las instalaciones hospitalarias del país, sino también el nivel de irrespeto que impera en ellas. Mientras los cubanos esperan atención médica en salas carentes de recursos, con falta de alimentos y medicinas para los pacientes y un deterioro visible en las condiciones higiénicas, un caballo puede atravesar las áreas hospitalarias como dueño y señor.
La indignación no tardó en llegar a las redes sociales, donde muchos usuarios, ya acostumbrados a las barbaridades cotidianas, reaccionaron con sarcasmo. Algunos preguntaban si el caballo se trataba de la nueva “ambulancia” del hospital, un chiste amargo que refleja el nivel de desesperanza de la población.

No es la primera vez que escenas surrealistas ponen en evidencia la crisis que atraviesa el sistema de salud cubano. Edificios a medio derrumbar, filtraciones en los techos, falta de insumos básicos y escasez de medicamentos forman parte del panorama. Ahora, a esa lista se suma la presencia de animales en espacios donde debería primar la higiene y la seguridad sanitaria.
La situación, más allá de la anécdota, constituye un reflejo del colapso total de las instituciones. Si un hospital, que debería ser sinónimo de cuidado y respeto, se convierte en establo ¿qué se puede esperar de otras áreas del país?
En Villa Clara, el caballo terminó siendo un símbolo de burla y desesperanza, un recordatorio vivo de que en Cuba lo insólito ya dejó de sorprender.
Del perfil de Fidel Francisco Rangel Sánchez