La presión de EE.UU. sobre el petróleo venezolano tiene en Cuba una primera víctima
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 26 de diciembre de 2025
La creciente presión de Estados Unidos sobre el sector petrolero venezolano está teniendo un impacto directo y profundo en Cuba, que vuelve a colocarse entre las primeras víctimas colaterales de las sanciones y maniobras geopolíticas en el Caribe. En un momento marcado por apagones prolongados, parálisis productiva e inflación descontrolada, la drástica reducción de los envíos de crudo desde Venezuela amenaza con hundir aún más a la Isla en su peor crisis en décadas.
Durante años, el petróleo venezolano fue el principal sostén energético de Cuba. El vínculo se formalizó en el año 2000 con el Convenio Integral de Cooperación Cuba-Venezuela, mediante el cual Caracas pagaba con crudo los servicios profesionales enviados por La Habana, sobre todo médicos, docentes y asesores en áreas estratégicas. En su momento de mayor esplendor, Venezuela llegó a suministrar hasta 100.000 barriles diarios.
Hoy, esa realidad es historia. Según datos del servicio especializado de la agencia Reuters, en lo que va de año Venezuela apenas ha enviado a Cuba un promedio de 27.000 barriles diarios. La diferencia es abismal y llega en el peor momento posible para la economía cubana.
Especialistas coinciden en que el cerco estadounidense contra la llamada “flota fantasma” venezolana —utilizada para evadir sanciones— ha sido determinante en esta caída. Para el economista y politólogo cubano Arturo López-Levy, el efecto sobre Cuba no es accidental. A su juicio, la ofensiva contra Caracas busca también asfixiar a La Habana. “Para figuras como Marco Rubio, Venezuela y Cuba forman parte de un mismo problema: el castro-chavismo”, sostiene.
Las consecuencias para la Isla son severas. Estimaciones independientes indican que Cuba necesita entre 110.000 y 120.000 barriles diarios para cubrir su demanda energética. De esa cifra, alrededor de 40.000 provienen de la producción nacional, insuficiente y de baja calidad. El resto debe importarse. Con Venezuela aportando menos de la mitad de lo necesario y sin capacidad financiera para comprar en el mercado internacional, el déficit se traduce en apagones de hasta 20 horas diarias, industrias detenidas y colas interminables en las gasolineras.
Otros aliados no logran llenar el vacío. Rusia ha enviado en 2025 unos 6.000 barriles diarios, según el experto Jorge Piñón, del Instituto de Energía de la Universidad de Texas, aunque recientemente arribó un petrolero con 330.000 barriles. Sin embargo, el economista Ricardo Torres, editor de Cuba Economic Review, duda que Moscú pueda asumir un rol mayor debido a la guerra en Ucrania, sus propios problemas económicos y la presión sobre su red de transporte petrolero.
México, otro socio clave, también ha reducido drásticamente su apoyo. De unos 23.000 barriles diarios enviados el año pasado, pasó a apenas 2.500 este año, según cifras de Pemex. Torres atribuye esta caída a la necesidad del Gobierno mexicano de cuidar su relación con Estados Unidos, destino del 85 % de sus exportaciones. Aunque López-Levy considera que la presidenta Claudia Sheinbaum ha mostrado voluntad política de ayudar a Cuba, advierte que México está cerca de su límite.
En este escenario, surge una pregunta clave: ¿quién financiaría nuevas compras de petróleo y quién se atrevería a vender y transportar combustible hacia Cuba bajo el actual nivel de presión estadounidense? Para López-Levy, China podría desempeñar un papel decisivo, ya sea otorgando créditos directos a la Isla o respaldando a posibles proveedores. Sería, dice, una decisión geopolítica más que ideológica.
Pese a todo, el experto advierte que no debe subestimarse la capacidad de resistencia del sistema cubano, incluso en condiciones extremas. No obstante, marca una diferencia clara entre la supervivencia coyuntural y la crisis estructural que arrastra el país. Esta última —económica, energética, alimentaria y de confianza— carece hoy de una perspectiva real de solución, mientras el petróleo venezolano, una vez más, deja de llegar a tiempo.
(Con información de EFE)