La Isla a oscuras mientras el gobierno admite el colapso eléctrico
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 4 de octubre de 2025

Cuba vive un fin de semana marcado por apagones generalizados que han dejado a gran parte de la población sin electricidad durante la mayor parte del día.
Según datos de la Unión Eléctrica (UNE), el Sistema Eléctrico Nacional (SEN) enfrenta un déficit crítico que supera los 1,200 MW y podría alcanzar los 1,765 MW en el horario pico de la noche. La situación se agrava por la combinación de plantas obsoletas, averías múltiples y escasez crónica de combustible.
Entre las unidades fuera de servicio destacan la Unidad 2 de Felton, la Unidad 8 de Mariel, la Unidad 5 de Nuevitas y los bloques 3, 5 y 6 de Renté, sumado a mantenimientos en Santa Cruz del Norte y Cienfuegos.
La falta de piezas de repuesto y el envejecimiento de las instalaciones reflejan un parque eléctrico que se sostiene con parches improvisados. Además, más de 600 MW de generación distribuida se encuentran paralizados por la escasez de combustible.
El ministro de Energía y Minas Vicente de la O Levy reconoció que la distribución lograda esta semana solo alcanza para unos pocos días y que la nación estuvo al borde de otro apagón nacional tras la salida simultánea de tres plantas del sistema.
La capital cubana tampoco escapa a la crisis. La Empresa Eléctrica de La Habana informó que los apagones alcanzaron hasta 17 horas y 55 minutos continuos, con un pico de 210 MW afectados, y que los bloques de reserva estarán ausentes, dejando a los barrios sometidos a cortes de al menos cuatro horas.
La falta de programación estable de los apagones aumenta la frustración de la población, que se ve obligada a lidiar con interrupciones constantes en el suministro de agua, conservación de alimentos y transporte público.
A pesar de los intentos del gobierno por justificar los cortes como “circunstancias imprevistas” y la implementación de algunos parques solares, la realidad es que la crisis energética se profundiza.
Los cubanos viven entre la resignación y la indignación, mientras las autoridades evitan asumir responsabilidad directa por años de desinversión y mala gestión. La perspectiva a corto plazo sigue siendo desalentadora: sin cambios significativos en la infraestructura y la planificación energética, los apagones prolongados continuarán marcando la vida diaria en la isla.