La guerra no se detiene y con ella, su impagable costo en vidas humanas y recursos materiales. La guerra en Ucrania ha escrito un nuevo capítulo de horror y destrucción. En una oleada de ataques nocturnos coordinados, Rusia lanzó casi 600 drones y 26 misiles contra múltiples regiones ucranianas, dejando un saldo de al menos cuatro muertos y una veintena de heridos.

El presidente Volodímir Zelenski confirmó que los bombardeos abarcaron desde las regiones orientales de Járkov y Sumi hasta las occidentales Leópolis y Bucovina, esta última en la frontera con Rumanía.

"La magnitud del ataque, la devastación causada y la capacidad destructiva de los misiles y drones rusos reafirman el altísimo costo humano y material de esta guerra que no se detiene ni de noche", declaró Zelenski en su cuenta de X.

A pesar de los esfuerzos de la defensa aérea ucraniana, que logró derribar la mayoría de los artefactos, varios proyectiles impactaron infraestructura civil, incluidos bloques de viviendas. En Chernivtsi, una ciudad ubicada en Bucovina, una mujer de 26 años y un hombre de 43 murieron tras el impacto de uno de los misiles. Otros dos civiles permanecen en estado crítico.

La Fiscalía ucraniana actualizó más tarde el número de víctimas, confirmando dos muertes adicionales en la región de Dnipropetrovsk. En la localidad de Vasilkivska, una vivienda y un automóvil quedaron reducidos a escombros tras un nuevo bombardeo. Ucrania insiste en la urgencia de recibir más sistemas de defensa aérea por parte de sus aliados internacionales, así como sanciones más severas contra Rusia.

Mientras tanto, Moscú respondió con su propia narrativa. El Ministerio de Defensa ruso informó que logró interceptar 33 drones ucranianos dirigidos contra varias regiones del país. La mayoría fueron destruidos sobre la región de Briansk y otras áreas sensibles como Crimea, Rostov y el Mar de Azov. Aunque la nota oficial no reconoce daños ni víctimas, los ataques revelan que la guerra se libra también en territorio ruso.

"Cada noche de guerra cuesta vidas. Cada amanecer trae consigo nuevas ruinas, sangre inocente y familias destrozadas. La humanidad está pagando con creces la persistencia de un conflicto que se ha convertido en una herida abierta para Europa y el mundo entero".

Con estas palabras, Zelenski subraya el carácter devastador de una guerra sin tregua, donde los límites entre ofensiva y defensa, entre víctimas y combatientes, se desdibujan cada día más bajo el fuego cruzado de una tragedia que no encuentra fin.

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