El pasado 20 de marzo, un trágico crimen conmocionó a la comunidad de Los Naranjos, en Caimito, Artemisa. El Dr. Alberto Camejo, un respetado especialista en higiene y epidemiología de 52 años, fue asesinado en su propia vivienda en medio de un apagón.

El crimen, denunciado en redes sociales por el creador digital Almakki Díaz, ha generado indignación entre quienes conocieron al galeno. Según testimonios recogidos, los asaltantes entraron a su casa en la oscuridad de la noche, lo golpearon violentamente y le propinaron 22 puñaladas. Su cuerpo, en condiciones irreconocibles, fue hallado por vecinos que alertaron a las autoridades.

Las primeras indagaciones indican que el móvil del asesinato habría sido el robo de una moto eléctrica que el médico usaba para su trabajo. Sin embargo, fuentes cercanas señalan que días antes del crimen, Alberto había vendido la casa de su madre, lo que podría haber llamado la atención de los delincuentes. Además de la moto, también desapareció el dinero de la transacción.

La comunidad se encuentra consternada y exigiendo justicia. Amigos y pacientes del médico lo recuerdan como un profesional entregado, siempre dispuesto a ayudar. "Era de esos doctores que te atendía con una sonrisa aunque estuviera agotado", comentó un paciente.

A pesar de la gravedad del caso, hasta el momento no se han reportado arrestos ni avances significativos en la investigación. Los familiares de la víctima claman por respuestas, mientras el o los responsables continúan en libertad.

El asesinato de Alberto Camejo pone en evidencia la creciente inseguridad en Cuba, donde la crisis económica y los frecuentes apagones han creado un entorno propicio para el crimen. La falta de acción de las autoridades ante hechos como este deja a los ciudadanos en un estado de indefensión e incertidumbre.

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