Armando Sardiñas Figueredo un joven cubano que cumple condena por protestar pacíficamente el 11 de julio de 2021, asegura que a pesar de su condición se siente libre.

Sardiñas Figueredo cumple sanción de diez meses de trabajo correccional con internamiento y confiesa lo difícil que es ver a su familia a cada rato. 

“Ayer mi sobrina me decía "tío dile al policía que te deje otro día más" y eso fue algo que me partió el corazón y sólo le dije que falta poco para estar todos los días junto a ustedes y solo recuerdo que junto a mi familia hay muchas más que sufren la falta de la presencia”, dice.

Asere exigir un derechos no es delito,delito es arrebatarle la libertad a inocentes,reprimir todo un pueblo es delito,no escuchar un criterio y un estado de opinión diferente a otra ideología es delito porque violan los derechos de libertad de pensamiento.

— Mood Sad 🥀✨ (@soy_armanditoo) May 31, 2022

Contrario a lo que pretendía el régimen de escarmentar a los jóvenes del levantamiento popular, las palabras de Armando Sardiñas demuestran que la reclusión solo ha servido para hacer afianzar más sus ya establecidas convicciones.

“Solo sé que el día que salga de ese lugar salgo sintiéndome más que libre, una persona con principios y moral que a pesar de todo nunca me voy a doblegar y cada vez que tenga que decir lo que siento donde quiera lo voy a seguir haciendo”, añade.

Armandito está más convencido ahora y lo deja claro en una publicación antes de regresar a la reclusión: “exigir derechos no es delito, delito es arrebatarles la libertad a inocentes, reprimir todo un pueblo es delito, no escuchar un criterio y un estado de opinión diferente a otra ideología es delito porque violan los derechos de libertad de pensamiento”.

“Censurar la voz de un pueblo con artículos de un código penal, es delito. No me siento delincuente a pensar que a cada rato me digan en instituciones penitenciarias ‘no porque tu delito’ mi delito no, por mi valentía y la de muchos más algún día se logrará lo soñando”, escribe el joven.

Sardiñas Figueredo, de 20 años, recibió una sanción de diez meses de trabajo correccional con internamiento en septiembre pasado y se le negó la libertad condicional.

Él había sido detenido en el Capitolio de  La Habana el pasado 11 de julio durante las masivas manifestaciones que tuvieron lugar en toda Cuba.

"Por curiosidad me acerqué a esas personas y durante un rato estuve observándolos. Yo estaba entonces algo hastiado de la situación del país, en especial de lo que pasaba en Matanzas y, como cubano que soy, empecé a reclamar mis derechos y los de todos", ha contado sobre las circunstancias en que fue arrestado.

El cubano trabajaba como cocinero en el restaurante La Dominica, perteneciente a la corporación CIMEX, de donde fue expulsado por manifestarse pacíficamente. El joven es huérfano desde los 18 años.

"Esta es la realidad, sancionado a 10 meses de trabajo correccional (forzado) por tan solo pensar diferente, por tan solo no estar de acuerdo con lo que está mal, por no quedarme callado y expresar lo que siento. Solo esto es una muestra de que los derechos humanos se violan en Cuba. Los derechos no son una opción, es algo que nos pertenece a todos los ciudadanos de un país", ha comentado sobre su sanción.

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