Incrementa vigilancia la Seguridad del Estado cubano sobre youtubers que visitan la Isla
Redacción de CubitaNOW ~ domingo 13 de octubre de 2024
La vigilancia sobre los extranjeros es un patrón creciente que se ha intensificado en los últimos tiempos en la medida que las condiciones económicas y sociales empeoran. El control del régimen cubano sobre los creadores de contenido ha aumentado considerablemente en los últimos años, especialmente cuando se trata de youtubers internacionales que documentan realidades que el Partido Comunista (PCC) no quiere que se muestren al mundo. El monitoreo de los creadores de contenido que visitan la Isla se inicia desde su llegada al aeropuerto, donde los oficiales de inmigración del Ministerio del Interior (Minint) detectan la entrada, ya sea por reconocerlos físicamente o por los equipos de filmación que entran al país.
Por ejemplo, hace algunos años visitó Cuba el youtuber mexicano Alan Estrada, conocido por su canal "Alan por el mundo". Las autoridades no le permitieron utilizar su drone que emplea como herramienta clave para las tomas aéreas que suele capturar en sus viajes. Aunque no recibió amenazas directas, el hecho de que se le impidiera usar su equipo fue una señal temprana del control que las autoridades cubanas ejercen sobre los medios audiovisuales.
Un caso reciente que ha despertado polémica fue el del youtuber dominicano Pablo José Rodríguez, conocido como Capricornio TV, quien reveló que tras su viaje a Cuba recibió amenazas que podrían costarle hasta 10 años de prisión por filmar sin autorización.
Durante su visita a Santiago de Cuba, Capricornio TV documentó temas sensibles como la pobreza extrema, la prostitución y el crimen. A pesar de haber evadido a la policía cubana al no permanecer más de 20 minutos en el mismo lugar, su contenido generó un descontento considerable en el régimen. Sus 14 videos publicados en su canal causaron tal controversia que ahora enfrenta una prohibición de regresar a Cuba, con la amenaza de ser encarcelado si lo hace.
Esta situación ha encendido las alarmas de las autoridades comunistas y es parte de un patrón creciente de vigilancia que se ha intensificado en los últimos tiempos en la medida que las condiciones económicas y sociales empeoran. El caso más reciente fue el de pareja de youtubers peruanos, creadores del canal La Blue Kombi, quienes fueron interrogados durante más de 12 horas por la Seguridad del Estado que los buscó en la habitación de su hotel.
Se les acusó de incitar a un levantamiento popular y de pertenecer a una organización no gubernamental financiada desde el exterior. Los turistas negaron las acusaciones, pero fueron forzados a salir de Cuba no sin antes ser víctimas de violaciones a sus derechos, cuando oficiales del G2 revisaron las comunicaciones privadas de sus teléfonos celulares.
Con el acceso a internet en Cuba en constante expansión, ha surgido un número cada vez mayor de youtubers nacionales que se atreven a documentar la realidad cubana desde perspectivas que desafían la narrativa oficial. Este crecimiento de creadores de contenido locales, sumado a la cantidad de cubanos que ahora acceden a información no controlada por el régimen castrista, ha encendido las alarmas dentro del gobierno.
Otro ejemplo es el del youtuber cubano JSant TV, quien se ha adentrado en uno de los barrios más pobres de las afueras de La Habana, conocido como “La Favela”. Este asentamiento ilegal es parte del fenómeno “llega y pon”, donde las personas construyen viviendas improvisadas sin permisos en terrenos ocupados. El video de JSant TV revela la dura realidad que enfrentan los residentes, quienes viven sin acceso a servicios básicos como agua potable, electricidad o sistemas de alcantarillado. Las imágenes muestran cómo los postes eléctricos son construidos de forma improvisada, utilizando materiales de desecho y las familias sobreviven a duras penas ante la inacción de las autoridades. Hasta el momento JSant TV no ha tenido consecuencias por sus filmaciones, pero puede tenerlas en cualquier momento.
Las autoridades cubanas están cada vez más nerviosas ante la imposibilidad de controlar las plataformas digitales, donde el periodismo ciudadano y las voces independientes ganan terreno, exponiendo las grietas del sistema y permitiendo que las historias de aquellos que viven en la periferia sean escuchadas por el mundo.