La realidad cubana suele superar la ficción. En medio de un panorama crítico marcado por apagones masivos que golpean a millones de familias, los Comités de Defensa de la Revolución entregaron nada menos que el Premio del Barrio a la Central Termoeléctrica "Antonio Guiteras", ubicada en Matanzas.

El reconocimiento, otorgado durante un acto solemne, fue presentado como un homenaje al “esfuerzo y las acciones desarrolladas para sostener la generación eléctrica en el país”. Según la nota oficial, se premió “el pensamiento colectivo y la activa participación de sus trabajadores en la dirección y gestión de los procesos productivos”.

Sin embargo, la noticia desató sorpresa y críticas en redes sociales, donde muchos cubanos ironizaron sobre la contradicción de premiar a una planta que encabeza los titulares por sus constantes fallas y paradas imprevistas.

En la ceremonia estuvo presente Gerardo Hernández Nordelo, coordinador nacional de los CDR y uno de los espías de la red Avispa, lo que subraya la carga política del acto. Además, se anunció que la "Guiteras" fue reconocida como “Destacada Nacional en la Emulación Socialista”, en un escenario en el que los apagones superan ya los 1,700 MW de déficit.

Ese mismo día, el gobernante Miguel Díaz-Canel visitó la termoeléctrica, calificándola como “emblemática” y destacando el compromiso de los trabajadores en la recuperación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

Según lo informado, la planta genera actualmente 226 MW, lejos de los 315 MW que se espera alcanzar tras una reparación “capital” prevista para diciembre y que se extendería por seis meses.

Mientras tanto, la Unión Eléctrica reconoció que este fin de semana la población vuelve a vivir cortes de más de 20 horas en algunos territorios. El malestar ciudadano se hace sentir: alimentos que se pudren en los refrigeradores, falta de agua potable, niños y ancianos sofocados por el calor, y una vida cotidiana paralizada por la falta de electricidad.

El Premio del Barrio a la "Guiteras", lejos de generar orgullo, se percibe como una muestra más del divorcio entre la propaganda oficial y la realidad diaria de los cubanos. Para muchos, se trata de un galardón “a los apagones”, símbolo de un sistema eléctrico colapsado que no logra ofrecer soluciones efectivas a una crisis que ya parece interminable.

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