Iglesias cristianas en Cuba se movilizan para ayudar a los damnificados por el huracán pese a las restricciones del régimen
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 5 de noviembre de 2025
Las iglesias cristianas en Cuba se han movilizado a lo largo del país para asistir a los damnificados del huracán Melissa, organizando campañas de recolección y distribución de alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad en las zonas más afectadas del oriente cubano.
El Pastor Eduardo Otero, de la Iglesia de Dios en La Habana, explicó al medio independiente Martí Noticias que su congregación ha logrado enviar un cargamento de 200 cajas de MannaPack —arroz vitaminado con 35 raciones por caja—, aceite de oliva, harina, azúcar blanca y otros productos básicos a las provincias de Guantánamo, Camagüey y Granma.
“Esto no es solo para la iglesia, sino para repartir en la comunidad según necesite la gente. Estamos esperando que alguien nos envíe algún otro tipo de alimento para mandarlo para allá”, detalló el pastor, quien añadió que el transporte de los suministros se ha complicado por los postes caídos y carreteras bloqueadas, aunque planean enviar también tejas y materiales de construcción.
A pesar de que la Constitución cubana reconoce la libertad de conciencia y religión, en la práctica el Partido Comunista de Cuba (PCC), a través de la Oficina de Asuntos Religiosos y el Ministerio de Justicia, controla y restringe las actividades religiosas en la isla.
“Siempre hay que bordear, hay que encontrar la forma de llegar”, comentó el pastor Otero, refiriéndose a los obstáculos impuestos por las fuerzas represivas.
En Palma Soriano, el Pastor Lorenzo Rosales Fajardo —preso político excarcelado en enero de este año— relató que su congregación, la Iglesia Monte de Sion, aunque pequeña, brinda apoyo a los más necesitados.
“Hemos estado ayudando a algunos hermanos con alimentos, pero lo que más agradece la gente es que tenemos una planta y la estamos usando para cargar celulares y prender bombillos, porque no hay corriente, y puede faltar por 12 o 15 días más”, explicó.
Con los pocos recursos disponibles, su iglesia ha preparado caldosas para alimentar a ancianos, niños y personas vulnerables. Rosales Fajardo también destacó el apoyo recibido de la Alianza de Cristianos de Cuba, un grupo que denuncia la represión religiosa y social en el país.
“Nos están ayudando y estamos dando una mano a familiares de presos políticos”, señaló.
Otras iglesias, sin embargo, no han podido reunir suficientes víveres o materiales para sus comunidades. En Santiago de Cuba, el Pastor Jorge Luis Pérez Vázquez, de la Alianza Evangélica del Cristo, explicó que perdió parte del techo de su casa y que muchos fieles lo han perdido todo.
“Aquí hace diez días que estamos sin electricidad. Quisiéramos poder ayudar a los hermanos que han perdido el techo, los muebles, colchones y equipos, y que ahora están viviendo con familiares”,
lamentó.
Cuatro convenciones bautistas —la Fraternidad de Iglesias Bautistas, la Convención Bautista del Libre Albedrío, la Convención Bautista Occidental y la Convención Bautista Oriental— se unieron para recolectar y distribuir medicamentos y suministros médicos entre sus feligreses y las comunidades vecinas.
Desde el extranjero, la Convención Bautista de Florida también ha reunido donaciones para enviarlas a las iglesias cubanas. En muchos casos, la distribución se realiza directamente a través de las congregaciones locales, lo que garantiza que la ayuda llegue sin intermediarios a quienes más lo necesitan.
En La Habana, la Asociación Convención Bautista de Cuba Occidental activó un Comité de Ayuda Bautista en Desastres y expresó su disposición a coordinar la distribución de la ayuda humanitaria ofrecida por el gobierno de Estados Unidos. También destinó 1.260 cajas de arroz vitaminado donadas por la organización World Help, junto a ropa, calzado e insumos médicos, que serán entregados en Bayamo con apoyo de la Convención Bautista de Cuba Oriental.
Asimismo, la organización convocó a sus iglesias afiliadas a realizar “una ofrenda especial económica” y nuevas campañas de recolección de donaciones destinadas a los damnificados.
Aunque la percepción social sobre la ayuda de las iglesias varía —entre la gratitud por su labor solidaria y el escepticismo de algunos sectores—, la mayoría de los cubanos reconoce que las congregaciones religiosas se han convertido en una fuente vital de apoyo comunitario, moral y humanitario, especialmente en tiempos de crisis.