El cubano que falleció tras un derrumbe que se registró esta semana en La Habana respondía al nombre de Rolando León de la Hoz y tenía 58 años.

De acuerdo con reportes de la prensa independiente, el señor salía de un cajero automático después de cobrar su salario de trabajador sanitario en el Hospital Ortopédico Docente Fructuoso Rodríguez.

Al momento de pasar por el sitio del colapso, la pared de un inmueble en peligro de derrumbe, en el barrio de Jesús María, cayó.

Como consecuencia del hecho, otros cubanos sufrieron lesiones y fueron remitidos a emergencias, sin embargo, hasta el momento no trascienden detalles sobre su evolución.

De acuerdo con las denuncias, dicha pared no tenía señalizaciones que indicaran su estado para restringir el paso peatonal.

Familiares del fallecido aseguran que al menos unos 30 minutos demoraron los rescatistas y la ambulancia en llegar al lugar después de escucharse el estruendo poco después de las 9:00 de la noche.

En tanto refieren que los vecinos del inmueble fueron los que sacaron los escombros para extraer el cuerpo todavía sin identificar.

El fallecido fue identificado porque llevaba consigo sus documentos. Su familia recibió una notificación a las 12:05 am y pidió a uno de sus hermanos identificar el cadáver.

Lo cremaron antes de las seis de la mañana del 17 de diciembre, refiere Cibercuba.

"Lesión de centro nervioso superior" indican que fue la causa de muerte que se registró en el certificado de incineración, en tanto trasciende que el gobierno cubrió los gastos.

"Ayer estaba en la esquina en mi soledad espiritual cuando escuché a una señora decir: 'ese muchacho fue quien me curó, en los hospitales no me atendieron, y él me curó el oído, me puso anestesia'. Él era muy atrevido, inyectaba", señaló al rotativo un familiar de la víctima.

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