La violencia vuelve a golpear a la provincia de Guantánamo. Esta vez en el municipio Baracoa, en la zona conocida como Playa de Los Alemanes, específicamente en el tramo llamado “El Paso de los Alemanes”, donde fue hallado hace dos días el cuerpo sin vida del joven Lázaro Matos, residente del poblado de San Luis. El caso, reportado por la página de Facebook La Tijera News, ha generado conmoción entre los habitantes de Baracoa y reavivado la preocupación por el incremento de la criminalidad en Cuba.

Según la información difundida, la motocicleta del joven desapareció, lo que ha llevado a las autoridades y vecinos a presumir que se trató de un asesinato motivado por el robo del vehículo. Este tipo de crimen, lamentablemente, se ha vuelto cada vez más habitual en varias provincias del país, donde los motoristas —especialmente quienes trabajan de noche o realizan transporte informal— se han convertido en blanco frecuente de asaltos violentos.

La publicación incluye un llamado urgente a los motoristas que “botean” durante la noche y la madrugada para que extremen sus medidas de seguridad. La alerta también sugiere que los responsables podrían no ser de la zona, lo que coincide con un fenómeno creciente: grupos delictivos que se desplazan entre provincias para cometer robos, asaltos y homicidios, aprovechando la baja vigilancia en áreas rurales y carreteras.

El asesinato de Lázaro Matos se suma a una larga lista de hechos violentos que en los últimos meses han sacudido a la población cubana. Robos de motos, asaltos nocturnos y asesinatos vinculados al hurto de vehículos de dos ruedas han sido reportados con mayor frecuencia en redes sociales y medios independientes. Mientras tanto, la percepción ciudadana es que las autoridades no logran frenar la escalada delictiva ni ofrecer respuestas efectivas para frenar esta ola criminal.

La crisis económica, la escasez de alimentos y la falta de oportunidades han contribuido a un clima social tenso donde, según denuncian numerosos ciudadanos, la delincuencia se ha vuelto parte del día a día. Barrios que antes eran considerados tranquilos ahora viven en constante alerta, y muchos trabajadores nocturnos han optado por modificar sus horarios, viajar en grupo o incluso abandonar sus labores por temor a ser víctimas.

El caso de Lázaro Matos no solo deja una vida truncada y una familia devastada, sino que expone nuevamente la urgencia de abordar la creciente criminalidad en Cuba con políticas públicas efectivas, transparencia y acciones concretas que protejan a la población. Hasta entonces, los ciudadanos continúan viviendo entre el miedo, la incertidumbre y la esperanza de que algún día la justicia prevalezca.

Recomendado para ti