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Granma responsabiliza al delito de la falta de efectivo en los bancos cubanos, ignorando el desplome económico

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 28 de noviembre de 2025

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El diario oficialista Granma publicó recientemente un extenso reportaje para explicar por qué los bancos cubanos continúan sin efectivo, una situación que afecta a pensionados, trabajadores estatales y clientes que ya no pueden confiar en retirar su salario en un cajero. En lugar de reconocer el profundo deterioro económico del país y el desplome de la confianza pública en las instituciones financieras, el órgano del Partido Comunista responsabiliza casi por completo a lo que denomina “cadenas delictivas” dedicadas a la compra, venta y retención de grandes sumas de dinero.

Según la versión oficial, grupos organizados se estarían apropiando del efectivo circulante para operar esquemas de tráfico de divisas, compensación financiera internacional y compraventa ilegal de pesos y dólares. Estas redes, asegura el Ministerio del Interior, manejan cientos de millones de pesos fuera del sistema bancario y serían las responsables directas de que los cajeros automáticos permanezcan vacíos mientras algunos individuos acumulan grandes cantidades de efectivo.

Sin embargo, el discurso del reportaje omite por completo la raíz estructural del problema: una economía colapsada, una inflación que devora salarios, una moneda nacional sin valor real y un sector bancario incapaz de generar confianza entre los ciudadanos. Desde hace años, los cubanos han retirado sus ahorros y han buscado alternativas informales para proteger su dinero, justamente porque no creen en la estabilidad del sistema financiero estatal. La falta de efectivo es consecuencia de una tormenta económica creada por las propias políticas gubernamentales, no solo de la existencia de cambistas o financistas.

El texto de Granma presenta un largo inventario de casos policiales, desde redes que “secuestran” remesas en Estados Unidos y España hasta grupos locales dedicados a comprar dólares en La Habana o Pinar del Río. La narrativa insiste en que estas operaciones buscan desestabilizar al país, reforzando la habitual retórica de “objetivos subversivos” y responsabilizando a actores externos.

No obstante, el propio auge de estas redes es un síntoma de la desconfianza acumulada. La ciudadanía acude al mercado informal no porque quiera delinquir, sino porque necesita resolver necesidades básicas que el sistema bancario estatal no puede garantizar: acceso a divisas, pagos rápidos, liquidez inmediata. Cuando el banco no entrega efectivo, el ciudadano busca alternativas. Cuando el Estado no ofrece tasas de cambio realistas ni posibilidades para acceder a moneda fuerte, el mercado informal se expande.

El reportaje del MININT describe operaciones en Villa Clara, La Habana y Pinar del Río, e incluso explica con detalle cómo algunos intermediarios manejaban flujos semanales de cientos de millones de pesos. Pero la información presentada no responde la pregunta central que da título al artículo: ¿por qué no hay dinero en los bancos? La respuesta oficial evita mencionar que los billetes en circulación no alcanzan, que la impresión de dinero ha disparado la inflación y que el propio gobierno admite —aunque nunca en Granma— un déficit de liquidez nacional.

También pasa por alto que la bancarización forzada fracasó, que miles de negocios privados prefieren operar en efectivo ante la inestabilidad del sistema, y que muchos pensionados han dejado de confiar en las tarjetas porque no pueden retirar su dinero cuando lo necesitan.

Culpar a redes informales es no solo incompleto, sino políticamente conveniente: permite presentar la crisis como un problema de “delincuentes” y no como resultado de malas decisiones económicas acumuladas por más de una década. Permite también ocultar el colapso del peso cubano, la escasez de divisas y la incapacidad del Estado para sostener un sistema bancario eficiente.

Mientras el oficialismo promete “acciones para la estabilidad macroeconómica”, la realidad es que los cajeros siguen vacíos, los bancos no tienen liquidez y los ciudadanos continúan recurriendo al mercado informal para poder sobrevivir.

Fuente: Granma


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