El gobierno cubano prepara un expediente multinacional para pedir que el casabe, alimento que data de la época de los aborígenes, sea considerado en la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.

Un funcionario del Grupo de Patrimonio Cultural Inmaterial, Michel Aleaga Hung, dijo a la oficialista Agencia Cubana de Noticias que el documento es el primero de su tipo en la región latinoamericana.

El mismo será expuesto antes del 31 de marzo ante la Unesco, para transitar por el periodo de candidatura (2023-2025), en una iniciativa correspondiente a República Dominicana y a la que se sumaron Haití, Venezuela, Honduras y Cuba.

Durante una reunión en República Dominicana, celebrada en 2022, un equipo técnico evaluó de forma participativa cada detalle del expediente y se discutió acerca del guion del audiovisual y la selección fotográfica que lo acompañará, dice el citado medio.   

Aleaga destacó que, en el caso cubano, el casabe se considera una manifestación cultural que se encuentra presente geográficamente con un fuerte componente histórico en seis provincias: Camagüey, Las Tunas, Holguín, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo, aunque se conoce y consume en otras localidades.

Su proceso de elaboración y consumo tradicional tiene diversos valores patrimoniales y se halla vivo desde la práctica de hombres y mujeres portadores de una herencia aborigen que se mantiene, tanto en el campo como en las ciudades, expuso el funcionario.

Aleaga consideró al casabe como “un elemento de resistencia cultural que se ha salvaguardado generación tras generación”. Al respecto, apuntó que incluso los instrumentos y artefactos empleados en la elaboración de dicho alimento obtenido de la yuca, se diseñan de forma artesanal, con materiales provenientes de la propia naturaleza.

A finales de febrero, trascendió información sobre una peña en Bayamo, capital de la provincia de Granma, en el oriente de Cuba, donde enseñaban a niños a preparar casabe para enriquecer su “cultura gastronómica”.

“Esta maravilla de tener niños haciendo casabe, de estar enamorándolos con sus platos…Nadie defiende lo que no conoce; entonces, lo que queremos es que nuestros niños aprendan, conozcan, para que amen nuestras esencias culturales”, declaró uno de los responsables del proyecto.

En los últimos años, mientras Cuba atraviesa una aguda crisis con carencias de todo tipo, diferentes “iniciativas” se han dedicado a promover el consumo de casabe, un producto artesanal con el cual se alimentaban los aborígenes de la isla, obtenido a partir de la raíz de la yuca, la cual se rallaba y exprimía en una manga de fibra (cibucán). Con la masa seca, se formaban tortas para cocerlas sobre discos de barro (burenes), colocados al fuego sobre tres piedras.

En La Habana, se ha realizado el evento “casabacha”, donde hace unos meses un innovador cubano presentó un helado de “catibía”, es decir, a partir de la masa de yuca rallada, prensada y exprimida. Durante el intercambio, la chef Alina Martell Reyes, presidenta de la Asociación Culinaria de La Habana, esgrimió que la elaboración de casabe es parte de “nuestra cultura, nuestras tradiciones, nuestras raíces culinarias y nuestro patrimonio culinario”.  

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