"Llevamos a nuestra madre todo lo que merece": Visitar el hogar de las gemelas Espinosa en Miami es sumergirse en la alegría. Luisa y Silvia, conocidas como Vicky y Linda, llegaron a Guantánamo en un parto difícil que sorprendió a todos, excepto a su madre, que siempre supo que venían dos, ya que sentía patadas desde dos direcciones en su barriga. Ahora, trabajan arduamente para asegurar que su madre tenga una vejez llena de amor y comodidades.

Las gemelas Espinosa tienen una vida fascinante: en las décadas de los 70 y 80, conquistaron piscinas en todo el mundo, compitiendo siempre como parejas distintas; nunca les permitieron competir juntas en el extranjero, a pesar de ser idénticas. El año 2009 marcó un cambio para ellas. Las condiciones de vida en La Habana las llevaron a abandonar Cuba, tras enfrentar la falta de respeto después de su contribución al deporte nacional.

En Miami, dirigieron un club de nado sincronizado, pero el tiempo avanza, y ahora Linda trabaja en seguros, mientras Vicky cuida a su madre anciana con Alzheimer. Aunque no lo planearon, la decisión de abandonar la isla fue provocada por la falta de respeto que enfrentaron después de dedicar sus vidas al deporte en Cuba.

Linda y Vicky dejaron su huella en la competición nacional e internacional de duetos, pero nunca se les permitió competir juntas a pesar de su similitud. En la Unión Soviética, sembraron la semilla del nado sincronizado en una nación que hoy es líder en este deporte, mientras que en Cuba, la disciplina está en el olvido.

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