El pasado 9 de octubre, la comunidad cubana en Austin, Texas, y la familia de Eduardo Sotomayor en Cuba vivieron uno de los momentos más dolorosos que cualquier familia puede enfrentar: la pérdida inesperada de un joven lleno de vida y sueños.

Eduardo, conocido por su alegría y cercanía con quienes lo rodeaban, deja un vacío que no puede llenarse, y sus seres queridos luchan ahora contra la distancia para poder darle el descanso que merece en su tierra natal.

Su hermana Saimi, con el corazón hecho pedazos, ha compartido un número de contacto para quienes deseen colaborar en la repatriación de su cuerpo y acompañar a la familia en este último adiós: (502) 701-6076 — a nombre de Midalsy Rodríguez Rico.

Las personas que quieran aportar pueden realizar su contribución a través de Zelle, recordando colocar la palabra “Familia” en el mensaje, para asegurar que la ayuda llegue directamente a los responsables del traslado.

En momentos como este, cada pequeño gesto cuenta. No se trata únicamente de dinero, sino de solidaridad, de demostrar que la distancia no puede separar a quienes se unen por amor y respeto hacia la memoria de Eduardo.

El dolor de perder a un ser querido lejos de casa es inmenso, pero la unión y la solidaridad tienen el poder de aliviarlo, aunque sea un poco. Cada transferencia, cada mensaje, cada gesto de apoyo significa para esta familia un rayo de esperanza en medio de la oscuridad, un recordatorio de que no están solos. Eduardo merece regresar a su tierra, rodeado del amor de los suyos, para que sus familiares y amigos puedan despedirse de él y honrar su vida como él lo merece.

Que su historia sea un recordatorio de que la solidaridad trasciende fronteras y que, en los momentos más difíciles, la comunidad puede convertirse en un verdadero abrazo que cruza océanos y distancias.

Del perfil de La Tijera

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