La víspera, en horas de la noche, murió el opositor cubano Pablo Moya Delá en el Hospital Clínico Quirúrgico “Juan Bruno Zayas” de Santiago de Cuba, a donde fue llevado en estado grave por agentes de la Seguridad del Estado tras 40 días en huelga de hambre.

“A nosotros nos engañaron. Después de todo ese tiempo en que mi padre estuvo incomunicado, vinieron a nuestra vivienda dos agentes del MININT para decir que mi papá estaba en libertad e ingresado en el hospital”, denunció su hijo, Daineris Moya, a CubaNet.

“Cuando llegamos nos encontramos a otra persona, estaba totalmente irreconocible, un esqueleto. Y entonces nos dijeron que no estaba en libertad como tal sino bajo una licencia extrapenal de seis meses”, argumentó.

De acuerdo con seres queridos de ex prisionero político, Moya Delá quiso iniciar la huelga de hambre después de recibir una golpiza a manos de presos comunes al servicio de la Seguridad del Estado, con el objetivo de presionar a las autoridades del penal para que le proporcionaran atención médica.

“A él se lo llevaron para el hospital casi muerto, solo para limpiarse, para que no quedara como su responsabilidad, pero sí lo es. El mundo tiene que saber que ellos (las autoridades del régimen) son los únicos responsables” agregó su hijo.

“El acoso contra nosotros no ha cesado, yo fui detenido por salir a la calle el 11 de julio y también tuve que plantarme en huelga para exigir mi libertad; todo esto mientras pasaban los días sin que la familia recibiese noticias de mi papá”, refirió.

“Mi padre entró a este centro médico reportado de grave y su condición de salud fue empeorando cada día. Hace poco supimos que los doctores ni siquiera tenían la información de que él estuvo todo ese tiempo en huelga de hambre. Además, no contamos nunca con todos los medicamentos necesarios. Dicen los médicos que mi padre tenía una gastritis aguda severa, inflamación desde el esófago hasta el duodeno, cuadro anémico y, por último, neumonía debido a un germen que contrajo en el hospital, dijeron ellos mismos”, denunció.

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