El dolor vuelve a sacudir a la comunidad guantanamera con la confirmación de la muerte de la pequeña hija menor de Yaislin Llorente Matos, quien permanecía en estado crítico desde el pasado mes de agosto tras el atropello que cobró la vida de su madre y su hermana adolescente.

La información fue compartida en el perfil de Facebook La Tijera, medio que ha seguido de cerca este caso que ha estremecido a toda Cuba.

La niña fallecida era la última sobreviviente directa de la familia que fue embestida en la comunidad de Jamaica, en el municipio Manuel Tames, cuando un automóvil perdió el control y arrolló a las víctimas mientras caminaban tranquilamente por la acera.

En ese mismo instante fallecieron su madre, Yaislin, y su hermana Eliesny Durán Llorente, de apenas 17 años.

El conductor del vehículo, identificado como Eduardo Laborde, no contaba con licencia de conducción y habría perdido el control del automóvil.

Su irresponsabilidad dejó un saldo devastador: tres vidas truncadas y otros dos heridos graves otra menor y el padrastro de Eliesny que aún permanecen hospitalizados, luchando por sobrevivir.

La noticia del deceso de la niña, que se debatía entre la vida y la muerte en un hospital provincial, es el golpe final a una familia ya marcada por la tragedia.

Vecinos de Jamaica han expresado que el dolor es indescriptible, porque se trata de un drama que no solo destrozó a un hogar completo, sino que también expuso la fragilidad de la seguridad vial en Cuba.

Este caso recuerda inevitablemente lo ocurrido en Holguín, donde otro accidente desgarrador acabó con la vida de varios miembros de una familia que viajaba junta en un coche.

En aquel entonces, la magnitud del dolor colectivo fue comparable: madres, hijos y abuelos fallecieron en un instante, dejando a toda una comunidad en duelo.

Hoy, la tragedia en Guantánamo se suma a esa larga lista de accidentes fatales que marcan a la Isla, donde la imprudencia, la falta de control vial y la ausencia de responsabilidad siguen cobrándose vidas inocentes.

La exigencia es clara: que estos crímenes viales no queden en la impunidad y que se haga justicia para que historias tan terribles no sigan repitiéndose.

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