El doctor cubano Godofredo Hermoso Cruz, destacado médico radicado en Nicaragua desde hace casi tres décadas, falleció a los 72 años de edad tras sufrir un infarto mientras se encontraba en el centro comercial Metrocentro, en Managua. Su deceso ha provocado una profunda conmoción, tanto en la comunidad nicaragüense como entre sus compatriotas cubanos.

Originario de Villa Clara, Hermoso se estableció hace 29 años en el municipio de La Libertad, en el departamento de Chontales. Allí se convirtió en un referente en la atención médica, especialmente para los trabajadores mineros y las familias más vulnerables. Su compromiso con la salud pública y su trato humano lo hicieron merecedor del respeto y cariño de generaciones enteras.

Ofrecía consultas médicas para personas de todas las edades y también realizaba análisis de laboratorio. En redes sociales, cientos de personas lo han recordado como “el doctor del pueblo”, resaltando su generosidad, humildad y entrega. Sus honras fúnebres se celebrarán este lunes en La Libertad, donde dejó una huella imborrable.

La muerte del doctor Hermoso se suma a una serie de recientes fallecimientos de médicos cubanos en misiones internacionales aunque no sean los mismos casos pues el dr. Hermoso residía en Panamá.

Pero en el caso de los internacionalistas, a inicios de año, murieron también el doctor Jorge Luis Dupré Zanetti en Venezuela, el doctor Asiel Pérez Rocillo en México y la doctora Santa Gaspar Lewis en Angola, esta última a causa de complicaciones por paludismo.

Estos casos han generado preocupación y críticas hacia el sistema de salud cubano y sus programas de colaboración internacional. Muchas voces denuncian las precarias condiciones en las que trabajan estos profesionales, así como la falta de apoyo y protección por parte del gobierno cubano. La pérdida de médicos tan valiosos resalta los riesgos que enfrentan al ejercer su labor en contextos difíciles y, muchas veces, desatendidos.

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