Un video difundido por Oregon Public Broadcasting capturó el momento en que agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) arrestaron a Mahdi Khanbabazadeh, un ciudadano iraní de 38 años, mientras dejaba a su hijo en una guardería en Beaverton, Oregon. El incidente ha generado fuertes críticas en la comunidad local por la manera en que se ejecutó la detención.

Khanbabazadeh, un quiropráctico que llegó a Estados Unidos con visa de estudiante, fue detenido el 15 de julio frente a la escuela Guidepost Montessori, en un operativo que, según testigos, fue alarmante y perturbador para otros padres y niños presentes.

En los videos, compartidos por la familia del detenido, se ve al padre pidiendo tiempo a los agentes para permitir que alguien recoja a su hijo, que aún se encontraba dentro del auto. “Hay un bebé en el coche, ¿pueden esperar tres minutos?”, suplica. Pese a sus ruegos, los agentes procedieron a romper la ventanilla del vehículo una vez que el niño fue retirado.

La esposa de Khanbabazadeh, también ciudadana iraní, ya había iniciado junto a él el proceso para obtener la residencia permanente. Según su familia, ambos fueron entrevistados recientemente por autoridades migratorias.

El arresto ha sido señalado como el primero de su tipo en Oregon desde que se modificó una política federal que antes restringía los operativos de ICE en escuelas, hospitales y lugares de culto.

ICE confirmó en un comunicado que los agentes inicialmente intentaron detener a Khanbabazadeh durante una parada de tráfico, pero permitieron que siguiera hacia la guardería para dejar a su hijo. De acuerdo con la agencia, el detenido “se negó a cooperar” una vez en el estacionamiento, lo que llevó a los agentes a romper la ventana y proceder con el arresto.

El operativo fue presenciado por otros padres, algunos de los cuales calificaron la acción como innecesariamente violenta. Randy Kornfield, quien se encontraba dejando a su nieto en la escuela, relató a Oregon Public Broadcasting que los agentes incluso discutieron con el personal del centro educativo.

“Una guardería debe ser un espacio seguro. Lo que vimos fue traumático, no solo para esa familia, sino para todos los niños que estaban ahí”, expresó Natalie Berning, madre de una alumna.

Kellie Burns, cuya familia también estaba presente, señaló: “Más que nada, queremos expresar lo inhumano que fue esto. Todos sentimos impotencia y miedo”.

La organización Guidepost Global Education, que administra la guardería, emitió un comunicado calificando el suceso como “profundamente perturbador” y pidió una revisión de los protocolos de detención cerca de centros escolares.

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