La historia se repite: más de 30 horas atrapados en el tren Habana–Guantánamo sin comida ni higiene
Redacción de CubitaNOW ~ martes 16 de septiembre de 2025

La historia se repite en Cuba y la pesadilla para quienes viajan en tren no tiene fin. Más de 30 horas atrapados en el tren Habana–Guantánamo, sin comida, sin higiene y con condiciones inhumanas, es la cruda realidad que enfrentan cientos de pasajeros una vez más.
Lo que debería ser un trayecto de pocas horas se convirtió en una odisea desesperante. Según los testimonios recogidos, la locomotora en buen estado fue retirada sin explicación y reemplazada por otra que estaba rota, dejando el tren varado en la estación de Cacocum, Holguín.
La espera se extendió durante más de un día, mientras las autoridades ferroviarias informaban que no había maquinistas disponibles para continuar el viaje.
En el convoy, entre los afectados había niños, embarazadas y personas de todas las edades, todos obligados a soportar el hambre, el cansancio y la falta de condiciones básicas de higiene. Los baños estaban en estado deplorable, con un olor insoportable que aumentaba la desesperación de los pasajeros.
La situación refleja, una vez más, el grave deterioro del sistema ferroviario cubano, que no solo se ha convertido en un símbolo de la desidia estatal, sino en un riesgo constante para la dignidad y la salud de quienes dependen de este medio de transporte.
Este no es un problema aislado ni reciente. Durante años, los cubanos han denunciado las malas condiciones de los trenes, la falta de mantenimiento, la ausencia de recursos y la escasa atención por parte de las autoridades. Sin embargo, las soluciones parecen inexistentes y la historia se repite una y otra vez.
Viajar en tren en Cuba hoy es una ruleta rusa: una apuesta a la paciencia y a la resistencia. No hay comida, no hay condiciones dignas y la incertidumbre se apodera de cada minuto que pasa. En un país donde el transporte público debería ser un servicio esencial, lo que se ofrece es un suplicio para la población.

Este caso es un llamado urgente a la atención sobre la crisis del transporte en la Isla y una denuncia pública que no debe pasar desapercibida. La dignidad de los pasajeros y la calidad del servicio deben ser prioridades innegociables.
Mientras tanto, cientos de personas siguen atrapadas en trenes que parecen más cárceles rodantes que vehículos de transporte.
La historia se repite, pero la voz del pueblo no debe callarse. Exigir condiciones dignas es un derecho, no un lujo. ¿Hasta cuándo seguirá esta pesadilla sin solución?
Fuente: Yosmany Mayeta