A partir del 9 de junio de 2025, los ciudadanos cubanos que obtengan nuevas visas B1, B2, F, M y J no podrán ingresar a Estados Unidos. La medida se basa en una proclamación presidencial emitida por Donald Trump y publicada oficialmente el 4 de junio.

Aunque no afecta a quienes ya posean visas válidas ni a los residentes permanentes legales, representa una nueva barrera para miles de cubanos que aspiraban a visitar el país de forma temporal por motivos de turismo, negocios, estudio o programas culturales.

La Casa Blanca argumenta que la decisión responde a la falta de cooperación del gobierno cubano en temas migratorios, particularmente en la aceptación de deportaciones y el intercambio de información policial. Además, Cuba continúa en la lista de “Estados patrocinadores del terrorismo”, una designación que respalda la inclusión de la Isla dentro del llamado Travel Ban, una lista de países cuyos ciudadanos enfrentan restricciones severas para entrar a Estados Unidos.

"Las cifras oficiales muestran que un número importante de cubanos con visas temporales no regresa a la Isla después de expirar su período autorizado", señala el documento presidencial. En concreto, las visas B1/B2 presentan una tasa de sobreestadía del 7.69%, mientras que las F, M y J —comúnmente usadas por estudiantes y participantes de programas de intercambio— registran una tasa del 18.75%. Estos porcentajes refuerzan la percepción de que muchos cubanos utilizan estas visas como una vía para emigrar de forma irregular.

Para numerosas familias cubanas, estas restricciones constituyen un duro golpe, especialmente para quienes planeaban reunirse con sus seres queridos en Estados Unidos o salir temporalmente por razones personales o profesionales.

"Aunque la medida se presenta como una cuestión de seguridad nacional, muchos la ven como una forma de castigo colectivo que limita aún más la movilidad de los ciudadanos cubanos", afirman voces dentro de la comunidad migrante.

Sin embargo, otro sector opina que la culpa recae exclusivamente en el régimen cubano, acusado de obstaculizar acuerdos migratorios y proteger estructuras internas ligadas al terrorismo. En este contexto, consideran que las sanciones son el resultado directo de la política interna de la Isla y no una decisión arbitraria de Washington.

Actualmente, Cuba se une a otros países como Venezuela, Laos, Sierra Leona y Turkmenistán en la lista de naciones con restricciones parciales para viajar a Estados Unidos, mientras que países como Irán, Yemen y Corea del Norte enfrentan prohibiciones totales.

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